Vidas marcadas por imprudencias de choferes del transporte público

Para Alcedo Candelario, recordar la noche del 28 de julio del 2001, le trae tristeza, drama que su rostro no puede disimular.

Para Alcedo Candelario, recordar la noche del 28 de julio del 2001, le trae tristeza, drama que su rostro no puede disimular.Ese día, el motor que conducía fue impactado por un chofer de carro público en la avenida Máximo Gómez con Nicolás de Ovando, accidente que obligó a los médicos de hospital traumatológico Darío Contreras amputarle su pierna izquierda.

En su motocicleta, se dedicaba a la venta de “arepa” por diferentes vías del Gran Santo Domingo, pero hoy, vive de las dádivas que recibe de buenos samaritanos, ya que según narra, por su condición (incapacidad en su pierna) algunas empresas no quieren emplearlo.

Las historias de personas que han tenido experiencias traumáticas con choferes de transporte público son múltiples, unas más trágicas que otras, pero que al final dejan huellas imborrables en los afectados.

Aneuris Ramírez, de 31 años, es otra persona marcada por las imprudencias del tránsito. Éste lleva 16 días recluidos en una de las salas del Darío Contreras por múltiples fracturas sufridas en sus dos piernas, situación que lo tiene postrado en una cama y aprisionado por dos yesos.

“Yo estaba parado en unas de las calles del sector de Los Guaricanos, Villa Mella, cuando una guagua, repleta de pasajeros me impacto. El chofer me trajo al Darío y me dejó aquí; pero ese señor no ha vuelto a pasar por aquí para ver como sigo de salud”, manifestó.

Drama y coincidencia

El empleado privado Francisco Alberto Suazo, se suma a las víctimas del transporte público. Mientras se encontraba parado en las aceras de la avenida Las Américas, una guagua  de la llamada “voladora” lo atropelló, fracturándole una pierna y un brazo.

A siete meses de lo ocurrido y sano de los traumas causados por el impacto del vehículo, Suazo dice estar aferrado a Dios, a quien todas las noches le pide fuerza y fe para continuar su vida sin mayores temores.

Los tres coinciden en señalar que fueron víctimas de la imprudencia de sus victimarios, por lo que piden a las autoridades mayores sanciones para los conductores temerarios.

Esta semana, Antonio Marte, presidente de la Confederación Nacional  de Organizaciones del Transporte (Conatra), consideró que muchos accidentes de tránsito ocurren en la República Dominicana se deben supuestamente al consumo de marihuana y cocaína de algunos grupos que se dedican al transporte público.

Ciudadana dice que está frustrada con transporte

Nilsa Sosa, a pesar de correr con mayor suerte que los anteriores, se siente frustrada con el transporte público. Cuenta que en una ocasión, ella, de 50 años y otras dos damas, de mayor edad que ella, fueron sacadas por la fuerza de un autobús del transporte urbano luego de reclamarle al conductor reducir la velocidad. Es por eso, que Sosa  se suma a quienes piden al gobierno tener un mayor control sobre el transporte público.

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