En el marco del Día de la Mujer

El próximo jueves 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer, punto de convergencia de las actividades universales en pro…

El próximo jueves 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer, punto de convergencia de las actividades universales en pro de los derechos y oportunidades de ellas. Festejo nacido en Copenhague en 1910, en la Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas.

El 19 de marzo del año siguiente se celebró por primera vez en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. El incendio en la fábrica “Triangle Shirtwaist Company” ocurrido en New York en Marzo de 1911, marca la historia social de los Estados Unidos, del movimiento obrero y más que nada del feminista.

Las circunstancias de esta tragedia donde fallecieron 146 obreras, la mayoría emigrantes y entre ellas niñas de 13 y 14 años, parte de las 500 que el año anterior protagonizaron una huelga contra la explotación a que estaban sometidas con salarios pírricos, jornadas extendidas y condiciones laborales de sometimiento y abuso.

La mujer criolla tiene su historia particular, entendiendo que los emigrantes en las primeras etapas de la presencia europea en la isla, debieron ser hombres, aventureros de la fortuna en busca de sueños…masculinos. Viniendo de España que apenas salía de la Edad Media y de estructuras donde la mujer era un “objeto” útil para la reproducción, la preparación de alimentos y el manejo de la casa del amo y señor.

Esa semilla se planta en nuestras tierras americanas junto con un Cristianismo trasnochado, que acomodaba las enseñanzas del Cristo con relación al valor de la mujer. Siglos de historia donde la mujer, en segundo plano, siempre aparecía “detrás” de los grandes hombres, salvo aquellas que volaron sobre sus propias circunstancias y alguna huérfana de nombre propio: Juana Saltitopa. Las cuerdas del feminismo tiene heroínas y promotoras en la tierra del merengue: Ana Emilia Abigaíl Mejía Soliere, nacida en Santo Domingo en 1895, de las pioneras del feminismo, de gran influencia en el voto femenino dominicano en 1942.

Minerva Bernardino, nacida en El Seibo en 1907 con su particular sentir y actuar político; Virginia Elena Ortea, capitaleña que vivió y amó a Puerto Plata donde murió consagrada como poetiza de la feminidad; Petronila Angélica Gómez, maestra nacida en 1883 en el barrio de San Miguel, Santo Domingo, de gran influencia en S. P. de Macorís, fundó la revista “Fémina” en 1922.

Logros fundamentales delinean al sexo bello dominicano en tiempos modernos, conquistando creciente participación pública, política, económica, laboral y más. Con grandes tareas pendientes, son mayoría demográfica, en el alumnado de la educación básica y más aún en la educación superior, marcando una clara participación en áreas tradicionalmente reservadas a hombres.

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