El caso de los Bogaert no es el único de hermanos divididos por la actividad política. Ahí están, por ejemplo, los Serulle, que andan cada cual por su lado. Julián es candidato presidencial del Frente Amplio y Gilberto, el alcalde de Santiago, electo por el PRD, no se decide entre apoyar a su hermano de sangre, a su antiguo líder Danilo Medina, o al partido que lo llevó a la alcaldía, aunque se dice que algunos de sus colaboradores y hasta familiares están respaldando al candidato del PLD.
Un tercer hermano, Sigfredo, es de la gente de Ismael Reyes Cruz, es decir, que está con “Papá”. Hay otros casos históricos como el de los Fadul, también de Santiago. Por mucho tiempo, Rosita y Monchy eran archirrivales. Ella reformista y él peledeísta. Ahora Ernesto, el de las frases impublicables, está con el PRD. Los Peña Guaba también son famosos por ir en caminos opuestos. Hoy día, algunos tuiteros gozan con los mensajes de las hermanas Gautreau: Susana, del PLD, y Taína, que se fue con Hipólito. Por cierto, en este proceso, el candidato presidencial perredeísta ha anunciado con bombos y platillos la integración de hermanos de figuras de la acera contraria, como Jesús Féliz, Johnny Jones y Rafael Bello Andino.
El pique de Euclides
La cuerda que cogió Euclides Gutiérrez Félix fue triple, cuando llegó a la Casa Presidencial del PLD. Primero, porque el encargado de seguridad lo llamó ingeniero, cuando el hombre es profesor, escritor, periodista, abogado, historiador y político. Es decir, que la ingeniería no figura entre sus múltiples carreras. Segundo, porque el portero evidentemente no lo conoció, y probablemente lo estaba confundiendo con Euclides Sánchez. Tercero, porque él entiende, quizás con razón, que no hay necesidad de anunciarlo. “Eso es una falta de respeto”, tronó el hombre mientras se abría paso. Ahí le hizo honor a su apodo…
