Más sobre el fraude Cotto-Martínez

NUEVA YORK. Atendiendo a inquietudes de fanáticos dominicanos residentes en esta ciudad y que siguen con mucho entusiasmo el boxeo, retomo el desastre registrado la madrugada del pasado domingo en el emblemático coliseo Madison…

NUEVA YORK. Atendiendo a inquietudes de fanáticos dominicanos residentes en esta ciudad y que siguen con mucho entusiasmo el boxeo, retomo el desastre registrado la madrugada del pasado domingo en el emblemático coliseo Madison Square Garden y que tuvo como protagonistas a Miguel Cotto, de Puerto Rico, y al argentino Sergio -Maravilla- Martínez.

Seguidores del boxeo, como el buen amigo Ernesto Báez, me solicitaron que “objetivamente” les dijera qué ocurrió en realidad con Maravilla Martínez quien, en su ¿pelea? con Cotto tuvo un mediocre desempeño.

A Ernesto Báez, con quien degusté varias cervezas -aprovechando mi corta estancia en esta urbe-, le expliqué que, como lo expuse en mi columna del martes, Cotto enfrentó a un rival discapacitado, cojo, sin ninguna preparación y falto de aire. Leí ayer al periodista Dan Rafael, analista de ESPN. Escribió una “belleza” sobre el mostrenco triunfo del boricua. Lo cierto es que Cotto y Maravilla Martínez decepcionaron a la ferviente afición boxística. Los más frustrados fueron los fans de Martínez.

Así no…

Que me excuse Dan Rafael, pero esa pelea fue un verdadero fiasco. ¿Habrá otro adjetivo para calificar  tan mediocre pelea?

Lo que debe escribir Dan Rafael es que Maravilla Martínez subió al cuadrilátero seriamente lesionado, que no tenía piernas.

Las piernas son la base de un boxeador. Si el boxeador no tiene piernas, pues no puede afincarse para colocar sus golpes.

En mi artículo del pasado martes, escribí, con responsabilidad profesional y en función de la objetividad, que Martínez le mintió al público y a la prensa cuando aseguró, en múltiples ocasiones, que estaba bien de salud. También afirmó, a todo pulmón, que noquearía a Cotto en el noveno asalto. ¡Vocinglería barata! A Martínez y a los miembros de su equipo técnico les digo que la verdad flota como el corcho. Efectivamente, Martínez, con el fraude que protagonizó con Cotto en el Garden, hizo que la verdad flotara como el mismo corcho.

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