Más sobre el muro

Además de que materialmente no es viable construir un muro a lo largo de la frontera, porque es un imposible, porque niega las relaciones inevitables entre los vecinos de ambos lados. Además, porque la frontera tiene una mismidad fundada en la precaried

Además de que materialmente no es viable construir un muro a lo largo de la frontera, porque es un imposible, porque niega las relaciones inevitables entre los vecinos de ambos lados. Además, porque la frontera tiene una mismidad fundada en la precariedad que sólo se supera con inversiones mayores centradas en las personas, que mejoren la habitabilidad y generen formas de vida mínimamente aceptables.

Otros factores geográficos y territoriales hacen innecesario un muro, al margen de que siempre podría ser volado. La forma en que quedó trazada la frontera hace materialmente muy difícil atravesarla y viajar más allá sin el consentimiento de quienes deben protegerla. Entonces, para hablar del control de la migración ilegal, es necesario pensar en quienes tienen esa misión a cargo, los guardias y policías que se suman a las rutas que deben seguir los inmigrantes hacia los destinos preferidos.

La mayoría de los ilegales no ingresa al territorio por los montes. Es por los pasos normales, por los puestos de migración. Asimismo, para trasladarse a los pueblos y ciudades cercanas y lejanas, y muy particularmente a los lugares donde se concentra la mayor demanda de mano de obra, los inmigrantes tienen que pasar por los puestos de chequeos ubicados a lo largo de la ruta.

Pero ¿qué es lo que ocurre?, que el tráfico de personas suele estar amparado en elementos vinculados a la seguridad fronteriza, a quienes trabajan en los chequeos, en los accesos desde Pedernales, Jimaní, Elías Piña y Dajabón. El tejido de seguridad, si se aplicara con rigor, imposibilitaría las migraciones. Pero sabemos muy bien cómo es que funcionan las cosas.

En fin, que el muro no impedirá la migración irregular. Somos los dominicanos, civiles y militares, quienes no cumplimos la tarea, que permitimos todo.
Más aún, podemos quejarnos de todo eso, pero a fin de cuentas, cuando ya están en su destino, ¿qué hacemos con la fuerza laboral ilegal? La empleamos amigable y convenientemente, y por eso ocupa lugares destacados en las distintas ramas de la economía.

Si no se cambia de actitud, continuará reproduciéndose el problema del que nos quejamos hoy.

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