La semana pasada este diario publicó un trabajo de Julia Ramírez, en el que señalaba casos de homicidios y asesinatos insólitos, que muestran el primitivismo de muchos ciudadanos: un hijo mata a un padre por una discusión por RD$500; un padre mata a balazos a su hijo; un hombre balea a un niño que lo tocó con una bolita; un hombre mata a su hermano por un impasse en torno al uso de una computadora; un ciudadano mata a un empresario por un parqueo.
A estos casos agréguele que una mujer mató a su pareja a cuchilladas en Villa Jaragua y que un conductor choca su vehículo con el de unas damas y su reacción es golpearlas salvamente. ¿Qué pasa?
