Medio ambiente y desarrollo sostenible

Dice el refrán que no hay nada tan perfectamente bueno que no tenga algo malo, y que no hay nada tan tremendamente malo que no tenga algo bueno, y esa verdad axiomática la vemos cumplirse en cada una de las acciones humanas que buscan el desarrollo&#823

Dice el refrán que no hay nada tan perfectamente bueno que no tenga algo malo, y que no hay nada tan tremendamente malo que no tenga algo bueno, y esa verdad axiomática la vemos cumplirse en cada una de las acciones humanas que buscan el desarrollo social y las mejorías de las condiciones de vida.

Vivir a orillas de los ríos nos permite tener acceso al agua, pero nuestros desechos terminan contaminando los ríos y convirtiéndolos en cloacas, al mismo tiempo que los ríos terminan destruyendo nuestras propiedades, y hasta nuestra vida, cuando las lluvias de tormentas incrementan exponencialmente los caudales de esos afluentes.

De ahí que sociedad, agua, aire, desarrollo y protección del ambiente deben ir de la mano, sin que ninguna actividad entorpezca a la otra, pues al final de cuentas no podemos vivir sin agua limpia y sin aire puro, pero tampoco podemos vivir en la modernidad sin utilizar los recursos naturales, renovables y no renovables, los que aportan grandes beneficios al mundo de hoy.

Y como buen ejemplo podemos citar el caso de la cementera autorizada por el Ministerio de Medio Ambiente en la zona de Gonzalo, en los mogotes de Los Haitises, y la lucha ambiental llevada para que la cementera fuera reubicada en otro de los tantos lugares del país donde se puede instalar una cementera sin impactar negativamente las aguas subterráneas del único gran acuífero no contaminado que le queda a nuestra gente.

Es decir, un error del Ministerio de Medio Ambiente que no supo manejar un simple caso de ubicar una industria en un correcto lugar.

Todo el mundo sabe que no era una lucha contra una industria, sino una lucha a favor de la preservación de la calidad del agua subterránea de Los Haitises, dos cosas muy diferentes, y los posteriores estudios encargados por el Gobierno dominicano al PNUD y a la Agencia Internacional de Energía Atómica confirmaron que en Los Haitises no debe instalarse ningún tipo de industria.

La reubicación de la cementera en la zona de Gautier, al noreste de Boca Chica, en una planicie calcárea donde hay múltiples canteras de explotación de calizas y margas para agregados, para bloques de coralina, para caliche y para abastecer a otra planta de cemento, de inmediato encontró opositores, internos y externos al gobierno, quienes sin evaluar adecuadamente las características del nuevo lugar, sin analizar que el nivel freático está a 34 metros de profundidad, sin considerar la bajísima permeabilidad de los materiales arcillosos de los 20 metros más superficiales, y sin analizar que se trata de una zona con vieja explotación minera no metálica, se lanzaron a una infructuosa campaña de críticas negativas que no pudieron prosperar, porque ahora la planta está en un correcto lugar.

Durante las próximas décadas este caso de la cementera de Los Haitises será objeto de análisis detallados por quienes tengan en sus manos la definición de las políticas públicas en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible, así como por funcionarios y empresarios, porque la Ley de Medio Ambiente 64-00 no prohíbe los proyectos de desarrollo, sean mineros, industriales, agropecuarios, turísticos, o de urbanismo, pero requiere que su ubicación y sus impactos ambientales se correspondan con la sostenibilidad ambiental, y esa realidad no ha sido bien entendida por quienes predican y practican el fanatismo ambiental, sin estudiar en detalle dónde y cuándo objetar un proyecto, y dónde  reubicarlo.

Cuando las críticas ambientales no están bien sustentadas en el conocimiento científico, tienden a caer en el fanatismo ambiental, haciendo mucho daño a las futuras luchas ambientales reales. l

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas