Menores y alcohol: Mirar más allá…

Durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo las autoridades registraron al menos 34 casos de niños intoxicados por bebidas alcohólicas.

Durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo las autoridades registraron al menos 34 casos de niños intoxicados por bebidas alcohólicas. El dato sorprendente fue la significativa cantidad de intoxicados. Estos hallazgos han obligado a las autoridades a prestar atención.

La realidad: no es raro que menores aparezcan en muchísimas circunstancias en conflicto con la ley. Lo del alcohol es quizás lo menos, habría que admitir con dolor. Los centros de acogida que luchan contra las drogas también reportan datos escalofriantes. Y en el campo de la delincuencia y la violencia asociada, igual, la “representación infantil” hace tiempo que dejó de alarmar.

Ahora se anuncian “batidas” contra padres de muchachos, niños, preadolescentes y jóvenes adolescentes en el mundo de las bebidas. Una labor en la mayoría de los casos algo difícil de fiscalizar.

Jóvenes excluidos están en las calles. La toman desde pequeños, a veces en precarios e iniciales intentos de sobrevivencia hasta que la convierten en su modus operandi. Otros asumen conductas aprendidas, en la casa o en el barrio, y otros caen en las garras de las bandas criminales. El uso de menores en la criminalidad responde a los nuevos esquemas de las bandas organizadas en sus variadas manifestaciones.

Asumimos que la cuestión va mucho más allá de los menores intoxicados.
Un segmento de los niños de nuestra sociedad está en peligro. El peligro de los hogares carenciados, el peligro de los hogares fragmentados, las dramáticas circunstancias que los expulsan a las calles, los entornos hostiles que imposibilitan el desarrollo de una personalidad equilibrada.

Más allá de las previsiones de la ley de protección del menor, de los papeles y declaraciones previstas, se requiere que el Estado o sus autoridades comprendan que el drama de los menores víctimas de la marginalidad, obliga a enfocar la mira en la familia, en los adolescentes potencialmente vulnerables.
Y no entran en este drama las pequeñas embarazadas a destiempo. Otra cara de una horrible realidad. Una perspectiva más allá de los incidentes a consecuencia del alcohol entre menores.

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