Individuos que acusan una rigidez de pensamiento que les impide considerar siquiera las ideas distintas a las suyas. De personalidad mayormente egocéntrica, soberbia e intolerante a la crítica. Son personas muy propensas a sufrir trastornos emocionales.
En oposición, “la mente flexible” apoya la salud emocional; Walter Risso la describe: “Genera menos estrés, más felicidad, menos violencia. Se opone a un relativismo fanático donde cualquier cosa es verdad y nada es mentira.
Se resiste al fundamentalismo, porque piensa que cualquier principio o código puede discutirse.
No acepta el dogmatismo porque el absolutismo se opone a la realidad y a las leyes de la probabilidad y repudia el oscurantismo debido a que la falta de información te sumerge en la más crasa ignorancia”.