Santiago. El mercado que se desarrolla cada jueves en el sector de Pueblo Nuevo muestra una expansión cada vez más desordenada debido a la ocupación de espacios públicos y privados.Además del caos que causa largos taponamientos, debido a que los vendedores han tomado las calles y avenidas, espacios como la funeraria Blandino, muchas veces se ven afectados hasta de ofrecer sus servicios.
Lo que comenzó como un problema que solo afectaba la avenida J. Armando Bermúdez, ocupada por vendedores informales, con los años se ha expandido por el Reparto Perelló y varias vías de Pueblo Nuevo, hasta llegar en la actualidad hasta el mismo casco urbano. Las avenidas 27 de Febrero y la calle 30 de Marzo y la 6 de Septiembre son utilizadas para la colocación de puestos de venta de ropas y otras mercancías nuevas y usadas en un trayecto de prácticamente 500 metros.
Todo un caos
El mercado tiene un movimiento económico que ronda entre los doce y 15 millones de pesos semanalmente, pero se desarrolla ante la falta de autoridad municipal para impedir que se expanda sin control. A finales del año 2014, un censo de la alcaldía estableció que de los tres mil 500 vendedores que cada jueves acuden a ofertar sus mercancías, 250 tienen sus puestos de pacas que traen desde los Estados Unidos.
“Aquí no se puede acudir ni a velar a un pariente a la funeraria los días que se producen estas actividades del mercado de Pueblo Nuevo, porque no te dan ni espacios para caminar”, expresó la ciudadana Mercedes Abreu. Las mayores quejas provienen de los propietarios de negocios formales, que ven como sin pagar impuestos, se convierten en competidores desleales, que solo provocan desorden y descuido con el lanzamiento de todo tipo de desperdicios.
Mercado requiere de organización
A principios del año 2010, la gestión municipal de José Enrique Sued construyó varios módulos para organizar los vendedores de tenis en la avenida J. Armando Bermúdez. La inversión fue de 15 millones de pesos y una parte de los recursos fueron aportados por los mismos vendedores. Sin embargo, desde entonces todo se desarrolla en medio del desorden.
