A 39 años de su reinauguración, el Mercado Nuevo de la avenida Duarte ha desbordado su capacidad, extendiendo las ventas informales a lo largo de la avenida Máximo Gómez y con ello, la arrabalización e insalubridad en la venta de productos agrícolas a la población.
La comercialización de víveres, frutas, vegetales y los artículos más variados (ropas usadas, chancletas, sillas plásticas, etcétera) ya no sólo se efectúa en las calles aledañas a la más grande central de abastos del país, después del Merca Santo Domingo, cuya apertura formal se ha venido postergando desde hace más de tres años, sino que también ocupa las aceras del tramo que va desde la avenida Nicolás de Ovando hasta invadir el distribuidor del tránsito en el puente Reyes Católicos, en el barrio La Zurza.
Los vendedores, en su mayoría de nacionalidad haitiana, han improvisado una especie de mini mercado en la parte baja del paso a desnivel de la intersección de la Ovando con Gómez, donde realizan sus ventas ante la mirada indiferente de las autoridades municipales.
Y mientras el Ayuntamiento del Distrito Nacional y el Ministerio de Agricultura se disputan el control de la red de mercados de minoristas construidos por el pasado gobierno en los sectores de Villa Consuelo, Villas Agrícolas y Cristo Rey, para descongestionar el Mercado Nuevo, los mercaderes siguen apoderándose del espacio público sin ningún ordenamiento ni regulación.
Mercado resulta pequeño
El Mercado Nuevo, que fue reconstruido en 1973 para la población del Distrito Nacional, que en aquel entonces era de apenas de 813 mil 420 habitantes, casi cuatro décadas después, resulta más que insuficiente ante el vertiginoso aumento demográfico, que en 2010 se situaba en 3 millones 339 mil 410 personas (incluyendo al Gran Santo Domingo), según datos del Noveno Censo Nacional de Población y Vivienda.
Hoy como ayer, la infraestructura de unos 55,343 metros cuadrados, enclavada entre las avenidas Duarte y de Los Mártires y la calle 38 de Cristo Rey, resultaba pequeña para la cantidad de vendedores que procuraban ganarse la vida en sus instalaciones.
Costó RD$1 millón y medio
Con una inversión de más de RD$1 millón y medio de pesos, la moderna edificación contaba con 160 puestos de frutas y verduras, 60 locales para tiendas, colmados y ferreterías; 30 locales para venta de guineos y 20 comedores y bares.
Asimismo, fue diseñado con 30 carnicerías, 20 pescaderías, dos frigoríficos, 147 jaulas para venta de aves, oficina para la administración, estación de policía, local para sucursal bancaria, 80 guardarropas en los vestidores para los vendedores, cisterna con capacidad de 150 mil galones, parqueo para 276 vehículos privados, 155 camiones y 350 camionetas, así como 404 aparatos sanitarios.
No obstante, según la edición de elCaribe del 30 de noviembre de 1973, todas esas facilidades no fueron suficientes, lo que obligó al entonces síndico del Distrito Nacional, Juan Estrella Rojas, anunciar la construcción de naves para ventas al detalle en la vieja terminal del Mercado Nuevo, para resolver la “abrumadora situación social”, de los 260 meseros que no alcanzaron puestos en el edificio inaugurado días antes por el entonces presidente Joaquín Balaguer y que tuvieron que ser alojados en los parqueos del nuevo mercado.
En aquel momento, Estrella Rojas también anunció la construcción de otros mercados en los sectores de Villa Duarte y en Herrera, además de la reconstrucción del de Villa Consuelo y Los Mina “para darle mayor capacidad, higiene y comodidad a compradores y vendedores”.
Interior del mercado es un arrabal con falta de higiene
De la moderna estructura, que en aquel momento fue calificada como la más moderna en su especie en todo el Caribe, hoy sólo queda la fachada. Su interior constituye un arrabal, lleno de basura y charcos de lodo, envueltos en un desagradable olor fétido.
Sin importar las deplorables condiciones en que se desarrollan las actividades comerciales, muchos vendedores del Mercado Nuevo están opuestos a que los productores agrícolas desmonten sus cargas en el Merca Santo Domingo, ubicado en el kilómetro 22 de la autopista Duarte, previsto desde el 15 de mayo, según han anunciado las autoridades. “No al desalojo del Mercado”, se puede leer en algunos locales. “Es mejor para nosotros que nos dejen tranquilos aquí. ¿Usted sabe lo lejos que está eso? Además, aquello será para millonarios”, afirma Juan Jiménez, vendedor de víveres.
Mientras tanto, la falta de infraestructuras funcionales e higiénicas en el Mercado Nuevo, ha dado pie a la venta móvil de toda clase de productos, incluyendo carne de gallina, a bordo de las denominadas “guagüitas plataneras”, que circulan por casi todos los sectores del Distrito Nacional y el Gran Santo Domingo.
