El mercurio es un metal pesado que encontramos en la naturaleza en varias formas y su capacidad de contaminación de nuestros ríos y mares siempre ha sido una preocupación mundial.
El mercurio que llega a nuestros mares es ingerido por los peces debido a que se incorpora fácilmente en la cadena de alimentación de la fauna marina.
Las especies marinas se contaminan y los peces, unos más que otros, acumulan niveles de mercurio. A este metal se le reconocen efectos adversos y tóxicos al sistema nervioso central de los humanos, principalmente en los niños menores de seis años y en las mujeres en edad fértil y durante el embarazo.
Existen normas y guías internacionales que advierten cuáles son los peces que son reconocidos como altamente contaminados por mercurio, como lo son el atún, (incluyendo el enlatado), el tiburón, el pez espada y los demás peces de pico como el marlín.
Es importante, y así lo dicen las recomendaciones, que limitemos a no más de una vez por semana la ingesta de estos frutos del mar principalmente de los señalados como mayormente contaminados ya que sus niveles de toxicidad son muy elevados y agreden a la salud de los humanos.
