Microcrédito constituye impulso para la generación de empleos

El acceso al crédito en el país ha sido un tema preocupante para los sectores productivos. Lo ha sido también para entidades sociales que consideran que logrando colocar recursos en los sectores que apoyan, podrán cambiar la situación en que viven, i

El acceso al crédito en el país ha sido un tema preocupante para los sectores productivos. Lo ha sido también para entidades sociales que consideran que logrando colocar recursos en los sectores que apoyan, podrán cambiar la situación en que viven, impulsando procesos autogestionarios.

Esa perspectiva ha motivado a asociaciones sin fines de lucro a diseñar programas de financiamiento de créditos y microcréditos que buscan impulsar el desarrollo de sectores sociales marginados.

Recientemente fue presentada en el país la investigación Impacto Socio-Económico de las Asociaciones Sin Fines de Lucro (ASFL) en República Dominicana, elaborada por Milton Tejada para Alianza ONG. “La Red Dominicana de Microfinanzas (Asociación Redomif), generaba a mayo del 2010 un total de 1,050 empleos directos.

Su impacto sobre el empleo a partir del crédito, especialmente del microcrédito, es mayor, pues estas ASFL habían otorgado un total de 74,126 créditos y sostenían (a diciembre del 2009) un total de 85,024 clientes activos, con un crecimiento de un 11% con relación a diciembre del 2008”, señala el estudio.

El trabajo concede un valor muy importante a los préstamos que ofrecen las entidades sociales. Este crédito “hace posible un impacto sistemático en la generación y sostenimiento de empleo y en ingresos más estables para algunos de los sectores más vulnerables de la sociedad”, agrega.

La Fundación Dominicana de Desarrollo ha visto incrementar su cartera de crédito y disminuir su promedio de préstamos como forma de enfocarse más en el otorgamiento de pequeños créditos. En el 2008 tenía una cartera de préstamos de 136.4 millones de pesos y su promedio de créditos era de 15 mil 128 pesos, mientras que en el 2009 su cartera creció a 144.1 millones de pesos y su promedio de préstamos bajó a 13 mil 946 pesos.

Lo mismo sucedió con MUDE, que ha visto incrementar su cartera de crédito desde el 2007 al 2009, sin embargo en el mismo transcurso de tiempo su promedio de préstamos ha bajado de 15,000 pesos a 9,355.03. En el 2007 su cartera era de 28 millones, en el 2008 fue de 29.6 millones y en el 2009 34.4 millones de pesos. Asimismo, su clientela se ha incrementado de dos mil personas en el 2007 a 3,680 beneficiarias en el 2009.

“En muchas comunidades que transitan en niveles de máxima pobreza, los sistemas de microcrédito aparecieron con la fuerza de una revolución cultural en sí misma y una posibilidad concreta para aquellas personas que, por su condición de pobreza, analfabetismo y discriminación social, están normalmente excluidas de estos privilegios”, expresa Manuel Arsenio Ureña, presidente del Banco Ademi.

Realizaciones con pequeños montos

El promedio de los montos de los créditos otorgados por las Asociaciones Sin Fines de Lucro es de 34 mil 701 pesos con 77 centavos. “Estos préstamos impactan a la micro empresa, sea ésta de carácter productivo o comercial”.

Según los datos de la investigación, las 10 ASFL que otorgan créditos y microcréditos tenían a diciembre del 2009 una cartera de dos mil 950 millones 482 mil 969 pesos. “Si las ASFL que pertenecen a la Asociación Redomif registraron en el 2009 más de 80,000 clientes y si se estima que la mayor parte de estos préstamos impactan sobre micro y pequeñas empresas que emplean, en promedio, tres personas, podría sugerirse que la labor de microcrédito de las ASFL alcanza positivamente la vida de más de 200 mil personas”, señala la investigación.

El porqué de la investigación

Con el estudio se logró una aproximación al tamaño de este sector y se establecieron comparaciones con otros sectores económicos del país. “Con estos resultados se han sentado las bases para una investigación a fondo que podría realizarse en un futuro, la cual podría hacerse en colaboración con instituciones públicas, universidades y algún centro de investigación”, indica un documento de Alianza ONG. Este análisis se hizo con un carácter exploratorio.

El mismo tomó como punto de partida las siguientes preguntas: ¿cómo se financian las ASFL?, ¿cuál es su impacto como fuente de empleo directo e indirecto?, ¿cuál es su rol en la prestación de servicios sociales?, entre otras.

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