Ministerios, política y gerentes

Estoy convencido que, para administrar instituciones del Estado, resulta imprescindible el componente gerencia. No bastan méritos políticos y cuando así, solo producen brutales descalabros y grandes retrasos en planes de desarrollo. Los ministros&#8230

Estoy convencido que, para administrar instituciones del Estado, resulta imprescindible el componente gerencia. No bastan méritos políticos y cuando así, solo producen brutales descalabros y grandes retrasos en planes de desarrollo. Los ministros son servidores subordinados del gabinete gubernamental, bajo la autoridad del presidente. Responsables de algún segmento político-administrativo del gobierno central, sus éxitos y fracasos dejan de ser personales, para convertirse en logros y reveses de la gestión del presidente. De allí su importancia. Honestidad y transparencia, olfato político, manejo del programa de Gobierno, involucramiento con lo social, superar expectativas y el manejo de los intríngulis del poder, completan la estructura que precisa un buen ministro. Entiendo que para administrar un hospital no se precisa ser médico, en cuyo currículo ordinario no figura esa materia, aunque los asuntos de salud deben corresponder a un galeno experimentado. Gonzalo Castillo, ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, sin ser ingeniero, ha convertido su Ministerio, en una institución altamente valorada por la población, con acciones menudas y puntuales, paralelas a las grandes obras. La “simpleza” de los “ojo e’gato” (piezas reflectivas) en la definición de carriles y límites en carreteras, calles y avenidas, representa un elemento de seguridad invaluable más aun en vías de montaña sujetas a la eventualidad de neblinas, como la de Constanza. La creación de una útil flotilla de auxilio en carreteras, neutralizando los riesgos de detenerse de manera obligada y quedar al alcance del tigueraje que “patrullaba” esas vías. La intervención de importantes avenidas con soluciones de tránsito para giros a la izquierda, elevados, avenidas de circunvalación, peatonales, a más de infinitas pequeñas y grandes obras completan una gestión de gerencia productiva, cercana al munícipe al que mejoran su condición de ciudadano.

Con notables diferencias de edad e historial político, Antonio Isa Conde, refuerza mis criterios sobre la gerencia gubernamental. De amplísima y exitosa experiencia administrativa, pública y privada, Tony Isa recibe un Ministerio, matizado por un affaire político en el que no tuvo injerencia alguna; asume el proceso embrionario del Ministerio de Energía y Minas, ente de capital importancia presente y de trascendental futuro. Lo prepara para su papel de mañana, sentando las bases del presente con maestría y finura política, a la vez que atiende los elementos de su vida diaria aplicando criterios básicos de administración audaz y dinámica. Resaltan estos dos ejemplos, que no son los únicos en el gobierno de Danilo Medina: Gustavo Montalvo, José Ramón Peralta, Héctor Valdez Albizu, Chanel Rosa y Roberto Rodríguez Marchena, por mencionar algunos ejecutantes de la orquesta afinada, que ofreció el presidente en su pasada campaña política.

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