El modelo del chantaje

Hwang Pyon-Won y su hermano  fueron separados en 1950 como consecuencia de la Guerra de Corea. Hwang,  logró esconderse para evitar ser enrolado por las fuerzas militares de Corea del Norte. Su hermano, un doctor que durante la guerra…

Hwang Pyon-Won y su hermano  fueron separados en 1950 como consecuencia de la Guerra de Corea. Hwang,  logró esconderse para evitar ser enrolado por las fuerzas militares de Corea del Norte.

Su hermano, un doctor que durante la guerra atendía a soldados heridos del ejército de Corea del Sur, fue arrastrado hacia el Norte cuando el ejército de Corea del Norte estaba de retirada.

Pasaron 50 años sin verse hasta que en el 2000 ambos gobiernos iniciaron un programa limitado de reunificación familiar.  Acemoglu y Robinson, narran en su libro “Why Nations Fail”, el reencuentro de Hwang, que se había quedado trabajando en el Sur como farmacéutico, con su hermano que permaneció en el Norte trabajando como médico de la Fuerza Aérea, un trabajo bueno bajo la dictadura militar. Cuando Hwang le preguntó a su hermano cómo era la vida en el Norte, las respuestas resultaban insólitas. 

Después de 50 años de trabajo, el médico de Corea del Norte no tenía automóvil.  Tampoco tenía teléfono.  Su hija, que trabajaba en el Ministerio de Relaciones Exteriores si tenía, pero sólo podía recibir llamadas de personas que conocieran “su código”. 

Durante  el reencuentro, Hwang recordaba que todos los coreanos que habían bajado del Norte estaban pidiendo dinero a sus familiares del Sur. Pero el médico rechazó la oferta de hermano farmacéutico porque si llevaba dinero de regreso, el Gobierno se lo quitaría.  Al ver que su hermano médico traía un abrigo viejo y destartalado, Hwang le dijo que se lo quitara y tomara el suyo.  De nuevo el hermano rechazó el intercambio.

 

“No puedo aceptarlo.  El abrigo que tengo me lo prestó el Gobierno para venir aquí”. Hwang estaba sorprendido al ver que su hermano era más pobre de lo que el imaginaba.

Antes del fin de la Segunda Guerra Mundial no había diferencias entre los niveles de vida en el Norte y en el Sur de la Península de Corea.  Sus habitantes tenían la misma cultura, los mismos  niveles educativos, vivían en la misma geografía y tenían los mismos estándares de vida.

Lamentablemente, mientras Corea del Sur, bajo la presidencia de Syngam Rhee, un coreado educado en Harvard y Princeton, y sucedido por el General Park Chung-Hee, se sentaron las bases para el funcionamiento de una economía de mercado, en Corea del Norte, bajo el control absoluto de Kim Il-Sung, un líder comunista anti-japonés durante la Segunda Guerra Mundial, impuso un modelo de planificación central y dirigismo económico estatal.
Los resultados no podrían ser más diferentes. 

La primera imagen a la derecha presenta una fotografía satelital nocturna de la Península de Corea. El Norte, está oscuro, prácticamente apagado. El Sur, prendido casi en su totalidad, marcando uno de los puntos luminosos del Planeta.  Mientras Corea del Norte produjo 20 millones de kWh de electricidad el año pasado, su hermana del Sur generó 460 millones, 22 veces más.

Cuando la comparación entra al terreno de lo económico, las diferencias son abismales.  El año pasado, el PIB de Corea del Norte fue de US$28,000 millones.  El de Corea del Sur alcanzó U$1,151,000 millones, US$1.15 trillones, 41 veces más.

Lo mismo sucede cuando se compara el PIB por habitante.  En Corea del Norte, el PIB per cápita es de apenas US$1,800 al año.  En el Sur es de US$32,400.  Incluso frente a República Dominicana, Corea del Norte queda muy mal parada: nuestro PIB, US$59,000 millones, es más del doble que el Corea del Norte, y nuestro PIB per cápita, US$5,742 al año pasado, es más del triple que el de la Corea comunista de la planificación central.

Corea del Norte sigue siendo “una economía eminentemente agrícola” y de bajísima productividad, mientras que la del Sur es una economía industrializada y  de servicios.

La de arriba tiene un Gobierno pobre pues como la población es pobre lo que recauda es insignificante, apenas 11.4% del PIB o US$3,200 millones, menos de la mitad de los US$8,740 millones que tiene previsto recaudar este año el Gobierno dominicano.  Corea del Sur, sin embargo, recauda US$250,600 millones, para una presión tributaria de 21.8%.

Corea del Norte, al ser “eminentemente ineficiente” no exporta prácticamente nada.  La del Sur, en cambio, exportó el año pasado US$552,600 millones, 117 veces más que los US$4,707 millones exportados por la del Norte a China (67%), Corea del Sur (19%) e India (4%).

La realidad es que el modelo le ha fallado a Corea del Norte.  El hambre es generalizada mientras la casta militar que rinde pleitesía a la monarquía comunista de los Kim, se alza con un presupuesto de defensa equivalente al 25% del PIB.

Frente a esto, Corea del Norte sólo puede sostenerse con la ayuda en forma de petróleo, alimentos, whisky y autos lujosos, que puedan proveerle sus amigos chinos y  sus enemigos del Sur coreano y del Norte americano, a cambio de moratoria en los programas nucleares norcoreanos.  Ante la falla del modelo, han descubierto en el chantaje la fórmula para que el cadáver embalsamado de sus instituciones económicas y políticas no refleje la podredumbre interna. De ahí su lema: ¡Ayuda o Misiles! ¡Venceremos! l

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