“Mi hijo, nunca hagas nada de lo cual luego tengan que cuestionarte”. Este fue el último consejo que le dio Santiago Familia a su hijo, antes de quitarse la vida.Santiago se suicidó ahorcándose en su casa, en el sector Los Alcarrizos. Pero antes, se presume, mató a su esposa Rosanna de la Cruz, de un golpe en la cabeza, según certificó el médico legista que levantó los cadáveres ayer.
El cuerpo de la mujer estaba arropado con una sábana blanca ensangrentada y tenía una almohada en la cabeza.
Como si hubiese planificado su muerte, Santiago dedicó un momento especial para platicar con su único hijo, Andrés Familia Encarnación, de unos 22 años. Fue a este joven a quien advirtió que condujera su vida por el camino del bien.
“Yo me preocupé un poco y le pregunté por qué me decía esas cosas. Él me respondió diciéndome que por nada; que uno es hijo de la muerte”, expuso Andrés.
Esta última conversación se produjo faltando pocos minutos para las 12 de la noche del pasado lunes. A esa hora, usualmente cerraban un negocio de venta de gomas propiedad de Santiago, situado cerca de donde al día siguiente fue encontrado ahorcado, en el apartamento 1H, del edificio número 3, en el barrio Canta la Rana de Los Alcarrizos.
El 18 de enero Santiago cumpliría 54 años; Rosanna tenía 43. De su existencia, esta pareja dedicó más de 20 años a convivir bajo un mismo techo, en familia, aunque nunca procrearon hijos. De sus primeros matrimonios, él tuvo uno y ella cuatro, todos varones.
En Canta la Rana la gente está consternada. No imaginaban siquiera que Santiago y Rosanna fueran a terminar de esta forma. A la dama la consideran una mujer que “no se metía con nadie” y que era de “muy poco hablar”.
Es por eso que nadie se aventura a hablar de las causas de estas muertes. Y mucho menos a decir en voz alta que uno mató a la otra antes de quitarse la vida. Prefieren esperar un informe oficial.
Pedro Mejía, del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), adelantó que Rosanna murió de un “golpe contuso en la región frontal (en la cabeza)” y Santiago de “asfixia por ahorcadura”.
Primero se dijo que Rosanna fue asesinada de varias puñaladas en el cuello, versión basada en que la sábana que cubría su cuerpo inerte estaba empapada de sangre.
El primero que alcanzó a ver el cuerpo de esta mujer fue Marcos Antonio Hernández, quien trabaja en el centro de gomas del difunto Santiago.
“Llegué a la casa a las 9:50. Nadie abría la puerta. Miré por la persiana y vi la mujer envuelta en la sábana llena de sangre”, cuenta Hernández.
Parientes y vecinos, impactados por muertes
Antes de que la Policía sacara a toda prisa el cadáver de Santiago, envuelto en una funda negra, hubo momentos de mucha tensión, porque todos querían verlo. Igual pasó cuando se llevaron el cadáver de Rosanna, cuyos restos decenas de personas querían observar. Los agentes policiales debieron inclusive sujetar por la fuerza a uno de sus hijos, quienes no asimilaban ver a su madre encima de una camilla, sin vida y rumbo a Patología Forense.
