La guerra constitucionalista de 1965 constituye, sin lugar a dudas, una de las gestas colectivas más relevantes en la historia reciente de la República Dominicana. La revolución de abril de 1965, de la que este día 24 se cumplen 49 años, es la gesta heroica más hermosa y significativa de la historia reciente dominicana, pues miles de hombres y mujeres tomaron las armas para reclamar la vuelta a la constitucionalidad…
Estuvieron presentes en la lucha independentista, durante la tiranía trujillista, las luchas constitucionalistas y las dos intervenciones militares estadounidense (1916 y 1965). Desde el comienzo de la República, las mujeres han interpretado un papel trascendental en la historia dominicana. Y hoy, en el 49 aniversario de la ocupación norteamericana, y la revuelta de abril (24 de abril), recordamos aquellas heroínas que lucharon fervientemente por la libertad y la recuperación de muchos derechos.
En 1965, las mujeres todavía no tenían la participación que hoy tienen. Por su espíritu de lucha las hizo involucrarse en múltiples tareas. Mientras unas llevaban las armas, otras se encargaban del abastecimiento de alimentos, codificación y deposición de mensajes o hacer de “choferesas!” a los comandantes civiles, además de participar como instructoras en la Academia Militar 24 de Abril. Creada en medio de la guerra.
Durante ese turbulento abril, un gran número de mujeres, que protagonizó uno de los capítulos más importantes de la democracia dominicana, asumió labores básicas, como primero auxilios y atenciones médicas a los heridos durante los combates; repartición de alimentos, abastecimiento de combustible y distribución de documentos. Otras cocinaban en las barricadas improvisadas en los alrededores de los límites de la Zona Colonial…
Heroínas
Cinco mujeres que lucharon por hacer verbo la democracia y los derechos de todos los dominicanos.
Anaina Vargas
Emma Tavárez Justo
Esther Viciosos
Hilda Gautreau
Yolanda Guzmán
Esther Viciosos, quien formara parte de una familia revolucionaria, fue una de las tantas mujeres que contribuyeron a la efectividad de la revuelta patriótica.
Frente al “colmado de los lobos”, como los golpistas llamaban a la que era la casa de Esther, vivía Ligia Santana, una señora que facilitaba su casa para que fuese usada como almacén, ya que la de su familia era usada para atender heridos y gente de mala condiciones.
