Barrick Pueblo Viejo es subsidiaria de una importantísima empresa transnacional. Su presencia en República Dominicana es una muestra del clima de inversión y de las oportunidades que representamos. Siendo así, estamos muy agradecidos de que nos acompañe a construir el futuro dominicano.
Barrick Pueblo Viejo dice que ha invertido entre US$3,600 y US$3,800 millones. Hay técnicos que no validan esa información, y aseguran que la misma no llega a los US$3,000 millones, pero de todas formas, es una cifra más que cuantiosa. Eso también tiene mucho valor.
Barrick Pueblo Viejo dice que la mina tiene “reservas probadas de 25.3 millones de onzas de oro, además de 160.2 millones de onzas de plata y 590.5 millones de libras de cobre”, y una vida estimada de 25 años. Las perspectivas son más que halagüeñas.
Barrick Pueblo Viejo dice que ha completado la primera fase de la remediación ambiental en el área en que funcionaba la operación anterior y que sus inversiones están contribuyendo a mejorar la calidad del ambiente. También dice que ha impactado consistentemente la generación de empleos, y en general, la economía de las provincias Juan Sánchez Ramírez y Monseñor Nouel. Eso resulta muy positivo.
Barrick Pueblo Viejo también dice que destinará 3.2% en regalías a pagar al Estado desde el inicio de la producción, más 25% de impuesto sobre la renta y 28.75% de impuesto a las ganancias netas a pagar al Estado.
Pero cada vez más dominicanos entienden que el 3.2% es muy poca cosa, si se tiene en cuenta los ingresos que ya empieza a tener esa compañía, con el precio del oro por encima de US$1,700 la onza. Además, no hace nada extraordinario cuando afirma que pagará 25% de impuesto sobre la renta y 28.75% de impuesto a las ganancias netas. Simplemente cumple con la ley.
Es verdad que esa compañía está amparada en un contrato, pero los términos, según los especialistas independientes, resultan leoninos para los intereses del país, y tiene que ser revisado, mediante los procedimientos previstos en la ley.
