Desde hace unos años la NBA maravilla con una maratónica jornada de baloncesto en el día de Navidad. Pero lo de ayer acabó con esa buena racha. El encanto navideño terminó, aunque no por culpa de la liga, sino por una serie de acontecimientos que generaron una jornada desabrida.
Cuando se dio a conocer el calendario de la temporada todo parecía una exquisites. Nadie se incomodó cuando se marcó un partido entre los renovados Nets de Brooklyn contra los Bulls de Chicago.
Es que todos querían ver a un Brooklyn al que se veía como un temible equipo con la llegada de Paul Pierce, Kevin Garnett, Jason Terry y con la presencia también de Derron Williams, Brook López y Joe Johnson. Resulta que han decepcionado más que ninguno. Su marca de 9-19 habla de un combinado con más problemas que soluciones y para colmo de males no contarán con López (lesionado). Su rival, Chicago, tampoco la pasa bien. Es que en principio era el rival ideal, pues todos querían ver a Derrick Rose en Navidad. La realidad es que Rose (lesionado) no está ni estará más en esta temporada.
Los Bulls y los Nets no motivaron a nadie ayer, máxime cuando dieron un juego malo. Después jugaron los Thunder de Oklahoma frente a los diezmados Knicks de Nueva York, equipo que no sale de una. Los Thunder son atractivos, con Kevin Durant y compañía, pero los Knicks, con un pésimo registro (9-18), sin Carmelo Anthony y sin Raymond Felton son muy difíciles de ver. Son un desastre.
LeBron James seguía. El Rey de la NBA y su equipo, los Heat de Miami, atraen, aunque no estoy seguro qué tanto frente a unos Lakers que no tienen a Kobe Bryant (lesionado). La liga, en su afán de promocionar la jornada a través de todas sus plataformas de redes sociales, colocó una foto de Nick Young al lado de la de LeBron, como si estuvieran en el mismo nivel.
Ayer no estaban ni los Pacers, ni los Trailblazers, los dos mejores de cada conferencia y a los que todos quieren ver.
Según la Agencia AP, los juegos de Navidad promedian 33 millones de televidentes en los últimos tres años, así que, a pesar de todo, no me sorprendería una audidencia fuera de serie.
