Niágara ampliado

En nuestra cultura, una clínica privada mala es un “hospital público”. La histórica baja inversión del Estado en salud apuntaló un mercado privado gracias al cual las clases medias se evitaban “pasar el Niágara en bicicleta”, en los…

En nuestra cultura, una clínica privada mala es un “hospital público”. La histórica baja inversión del Estado en salud apuntaló un mercado privado gracias al cual las clases medias se evitaban “pasar el Niágara en bicicleta”, en los depauperados sanatorios estatales. Florecían los seguros médicos privados y así los políticos empezaron a engatusar con un “sistema de salud inclusivo”. Nació, dentro de la ley 87-01, el Seguro Familiar de Salud. Los resultados son decepcionantes: Clínicas privadas se vuelven “hospitales públicos”; las clases medias reciben menos calidad en los servicios de salud; los pobres no están mayormente mejor atendidos. Ahora, sí se ha logrado la inclusión: el “Niágara” lo pasamos todos.

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