Un huracán tiene secuelas desastrosas, pero también las tienen lluvias anormalmente abundantes, como éstas que han puesto ahora la región norte en estado de calamidad. Las autoridades las atribuyen al fenómeno denominado La Niña, que es el enfriamiento de las aguas del Pacífico ecuatorial. La Niña y su contraparte, el Niño -calentamiento de las aguas del Pacífico-, se manifiestan en nuestro país con sequías o lluvias anormales.
Son variaciones de la temperatura de las aguas superficiales de ese océano que ocurren desde siempre y seguirán ocurriendo. Se caracterizan por su carácter eventual, ciclos erráticos. No se contaba con ese evento climático, pero nos tocó este año y a la obligada ayuda estatal debe agregarse también la solidaridad de todos.