Un grupo de diputados pretende elevar a municipios y distritos municipales a 43 localidades, con el único propósito de crear puestos para alcaldes, regidores, directores y vocales, y de esa forma fomentar más el clientelismo desde sus organizaciones políticas.
Las iniciativas han sido rechazas por la Federación Dominicana de Municipios (Fedomu), la Asociación de Distritos Municipales, La Liga Municipal Dominicana (LMD), la Dirección General de Ordenamiento y Desarrollo Territorial, Cámara de Cuentas, y otros organismos y personas que entienden que la República ya no resiste más división. Al país y su gente no les hace falta más fragmentación del territorio, sino planes de desarrollo que mejoren la calidad de vida de sus habitantes y trabajos mancomunados de cabildos.
Entendiendo esa necesidad, desde hace mucho tiempo Fedomu ejecuta sus planes dividiendo a sus asociados en diez regiones, a las que brinda capacitación y asesoría técnica. Lo propio entendieron los ediles del Distrito Nacional y los municipios de Santo Domingo cuando crearon la Mancomunidad del Gran Santo Domingo y la LMD ejecuta en la actualidad formación en administración pública y otras capacidades a los alcaldes, regidores y empleados de los ayuntamientos. También, la Estrategia Nacional de Desarrollo ha sido concebida para ejecutar los planes de inversión más descentralizados con la creación de regiones políticas-administrativas que ayuden a que los recursos se inviertan con mayor equidad, y que quedarán definidas en la Ley de Ordenamiento Territorial.
En qué ha beneficiado al país tener tantos municipios y distrito municipales; en nada. Esas administraciones locales han resultado ser inoperantes por la falta de recursos y sólo se han convertido en la única fuente de empleo que tienen esos lugares y no en instituciones que garanticen un buen gobierno local.
La mayoría de esas demarcaciones sólo han servido a los partidos políticos como centros de negocios y para repartirse el pastel presupuestario entre sus correligionarios, que es lo que buscan esos legisladores que se empeñan en seguir repartiéndose el país.
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