Nueva York, boxeo y periodismo

Nueva York sigue siendo una ciudad donde el boxeo tiene un público cautivo. De nuevo lo pude comprobar en mi reciente viaje a Nueva York una ciudad que, además, sigue siendo “La capital del mundo”.

Nueva York sigue siendo una ciudad donde el boxeo tiene un público cautivo. De nuevo lo pude comprobar en mi reciente viaje a Nueva York una ciudad que, además, sigue siendo “La capital del mundo”. Esta vez mi estancia fue, primero, de cinco días. Porque llegué para estar en las últimas sesiones de entrenamientos del puertorriqueño Miguel  Cotto y el estadounidense Austin Trout  quienes celebraron -el pasado 1ro de diciembre- el combate por el campeonato mediano junior de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y cuyo escenario fue el emblemático Madison Square Garden.

  En la víspera de la pelea, 30 de noviembre, se realizó el pesaje de los púgiles. Una batería de periodistas, productores de programas de televisión y radio, y fotógrafos y camarógrafos atestaron el acto del pesaje oficial supervisado por la Comisión Atlética de Nueva York. Semanas antes del referido combate, en otro coliseo fueron montadas otras peleas internacionales con asistencia masiva.

Es cierto que Nueva York ya no es “la capital del boxeo mundial”.  Ese bautismo hace tiempo que corresponde a Las Vegas, Nevada. Allí, gracias a sus monumentales hoteles-casinos,  se organizan las grandes peleas millonarias en las que compiten los más capacitados boxeadores.

La prensa de Nueva York

En Nueva York los deportes, en sentido general, tienen alta presencia en los medios noticiosos (periódicos, radio, televisión y diarios digitales).

Pero el boxeo, cuando se trata de la celebración de peleas grandes, en las que se disputan títulos   mundiales que protagonizan   estelares púgiles,  la gente asiste también en forma masiva. Por ejemplo, en la pelea Cotto-Trout al Garden asistieron cerca de 18,000 fanáticos. Se vendieron todas las boletas. La prensa escrita, programas de radio y televisión dieron amplia cobertura  al combate.
Nueva York,  en boxeo, no ha perdido su glamour.

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