El pasado martes fue juramentado como presidente constitucional de la República, y para su segundo período corrido, el licenciado Danilo Medina Sánchez.Tras ganar, en forma cómoda, las pasadas elecciones y postulado por el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en su nueva gestión le esperan grandes retos.
Resolver graves problemas que están latentes en la sociedad dominicana. El propio mandatario, y sus principales colaboradores, conocen perfectamente que hay que ejecutar nuevas políticas cuyos resultados satisfagan a las grandes mayorías…¡y a la clase media! Pero en el orden de prioridades, si es que el presidente Medina Sánchez quiere seguir siendo un mandatario arropado por la popularidad, debe tener en agenda los siguientes temas-problemas que afectan al país:
Son los siguientes:
1) La seguridad nacional. Que el gobierno diseñe un efectivo plan para que la población no siga en pánico y que la delincuencia sea frenada. Que el crimen organizado se combata sin piedad para que no siga atacando a la sociedad indefensa. No hay que hurgar mucho para saber que los robos, atracos y secuestros han estado “a la orden del día”.
Como se ha dicho y repetido: estamos ante una sociedad que mira con frustración cómo se ha perdido la seguridad ciudadana que tanto presumíamos en años pasados.
Recuerdo algo que leí en la prensa. Lo que proclamó una humilde ama de casa, Indhira Consuelo: “No se puede salir a la calle con un celular porque te matan para quitártelo”.
2) La salud pública es otro de los temas que deben encontrar los mejores correctivos. El jefe del Estado, en su discurso de toma de posesión, nos dio esperanza.
Esperanza de que el sistema de salud será fortalecido, especialmente por la renovación de una eficiente política en los hospitales.
3) El desempleo. El Presidente tiene entre sus prioridades crear nuevos empleos. Afirmó que espera crear, como lo hizo en su primer mandato, unos 450,000 nuevos empleos y así mejorar la calidad de vida de los dominicanos.
4) Auxilio para la niñez: esta es una terrible realidad que por decenas de años ha vivido la nación. Los pobres niños se ven por doquier. Muchos son pedigüeños, otros limpiavidrios de vehículos, limpiabotas, dulceros, paleteros y la mayoría sencillamente deambula, sin horizontes, por calles y avenidas del territorio nacional. Es una calamidad nacional.
