Nuncio llama a la unidad entre Haití y Dominicana

La Iglesia Santo Cura de Ars del barrio Capotillo fue el escenario donde el nuncio Jude Thaddeus Okolo celebró la misa del Gallo y, posteriormente, llamó a la unidad entre Haití y Dominicana.

La Iglesia Santo Cura de Ars del barrio Capotillo fue el escenario donde el nuncio Jude Thaddeus Okolo celebró la misa del Gallo y, posteriormente, llamó a la unidad entre Haití y Dominicana.Luego de una concurrida celebración matizada  por cantos en creole y español, ante la pregunta de que si aquello era un mensaje de unidad entre haitianos y dominicanos, el nuncio respondió: “Exacto, es también un mensaje de unidad, somos todos hermanos y hermanas del mismo padre y podemos hacer mucho juntos, con compasión, con solidaridad, con un poco de sentido más allá de mi situación y ver qué la otra persona necesita de mí”. 

Sostuvo que sabía que había una comunidad haitiana y que vendría a la misa, por lo que entendió prudente celebrar la unidad y la solidaridad. Manifestó que el mensaje al pueblo en estas fiestas es “un mensaje de ternura, de la ternura que se ve en los ojos de María (la madre de Jesús), cuando cambió las cuevas de los animales en un hogar de ternura”.

¿Cómo se ha sentido con los pobres del Capotillo?, le preguntó un reportero al católico.  “Ellos no son pobres, son ricos espiritualmente, me he sentido en casa porque son buenas personas cordiales, me han dado buena acogida”, respondió.

Podemos mejorar

Invitó a las personas a que dentro de sus limitaciones hagan las cosas mejor. “Cuando llego a una situación que no es tan agradable, puedo cambiarlo con decisión y hacerlo mucho mejor. Nosotros todos aquí, todo lo que hacemos, lo podemos mejorar, cada uno desde su sitio y contexto, cada uno a su nivel”.

Con una sonrisa en el rostro, dijo emocionado, que ve en los ojos de todos los niños que, alegremente le rodeaban, “un mañana bueno”. “Son buenos (los niños) y pueden mejorar si nosotros los ayudamos”, expresó.   Manifestó que mejorar es una cuestión de decisión y de darse cuenta de que “algo se puede hacer”.

Reveló que el sacerdote  Abraham Apolinario le habría invitado a venir a esta parroquia desde antes de su llegada al país.

Una misa no tradicional, una mezcla de pueblos

Los feligreses llenaron el lugar y disfrutaron de un coro de haitianos (cantando en creole) y otro de dominicanos. Un canasto de frutas y la alegría de todos los niños que le abrazaban fueron parte de los regalos que este barrio del Distrito Nacional le dio a Okolo. La contagiosa música hizo que el mismo nuncio cantara desde el altar. En la homilía se refirió a las dificultades que vivió la familia de Jesús, y el don de María de cambiar lo negativo por positivo. “Me aman, me han invitado y voy a comer”, dijo jocosamente el sacerdote luego de la celebración y antes de partir a degustar de la cena.

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