El contrabando de armas ha sido históricamente uno de los delitos mundialmente más perseguidos y penalizados. El propósito del tráfico ilícito de armas ha estado muy vinculado al terrorismo y al crimen organizado y común.
Tener un arma ilegal es un delito, ahora calificado con mayor rigurosidad por la legislación.
Quien posea un arma ilegal, además de caer en la categoría de delincuente, también se hace acreedor de caer en la comisión de un delito agravado, como homicidio, asalto con violencia, secuestro o cualquier otra categoría delictiva.
En la República Dominicana hay una gran proliferación de armas ilegales.
Cuantificarlas es difícil, pero percibir el fenómeno es fácil. Cada asalto, muerte por encargo y por rivalidad de bandas de delincuentes es asociado a las armas ilegales.
En un tiempo se relacionaba la circulación de armas ilegales, sin importar el calibre, a contrabandos por la frontera. Se decía y comentaba en diferentes círculos que una parte de las armas del desmantelado Ejército haitiano fue traída ilegalmente al país.
Ahora se está agregando otra modalidad de contrabando, que consiste en el ingreso masivo de armas a través de bultos, paquetes y otras categorías de empaque que llegan por los puertos.
En la última semana, con apenas dos días de diferencia, por el puerto de Haina las autoridades aduanales y de inteligencia del Estado han comisado dos arsenales de armas largas y cortas.
El último caso fue informado ayer por la Dirección General de Aduanas, que dio cuenta del descubrimiento el pasado viernes de un contrabando de armas cortas y largas, municiones y otros pertrechos que incluyen 18 pistolas, un rifle de dos cañones y miras telescópicas.
Todo apunta a que hay una gran demanda por armas de fuego. La época de la Guerra Fría terminó por lo que no se considera que el mercado de armas ilegales lo incentiven razones políticas. No hay comandos ni agrupaciones guerrilleras que busquen armarse.
Hay, sin embargo, una innegable presencia de actos de delincuencia criminal, materializados con armas. Dos días después del anuncio del primer comiso de armas ilegales en el puerto de Haina, se produjo un sangriento asalto a un camión de transporte de valores, en cuya acción se utilizaron armas de asalto, categoría en la que se ubican algunas de las que formaban el primer contrabando. Esa coincidencia merece preocupación y atención. l
