Luego de pasar varios meses tras las rejas, que las autoridades le obligaran a cortarse el pelo, y que una corte de apelación del Distrito Nacional rechazara variarle la prisión preventiva, el merenguero de calle Antonio Peter de la Rosa, Omega, acusado de violencia de género, obtuvo ayer su libertad “pura y simple”.
Tras la decisión judicial, la fiscalía del Distrito Nacional apresó a la bailarina Yuly Mercedes López, quien interpuso la querella por agresión contra Omega, en virtud de que esta cometió perjurio mintiendo en su testimonio dado a las autoridades.
El veredicto a favor de “El Fuerte” fue dado por la jueza del Quinto Juzgado de Instrucción del Distrito Nacional, Giselle Soto, tras realizar la revisión obligatoria de la medida de coerción emitida en julio pasado en contra del artista. La magistrada consideró que no había elementos suficientes para mantener la prisión del intérprete de “Chambonea“, como solicitó la fiscalía.
Félix D’Oleo, una de las partes involucradas, quien según Yuly Mercedes fue la persona que le auxilió luego de que fuera supuestamente agredida, no se encontraba en el país, según consta en una certificación de Migración, por lo que el hecho no pudo haberse dado, argumentó la jueza en su fallo.
Al finalizar la audiencia, y en medio del clamor de sus seguidores, el cantante manifestó “por fin se hizo justicia, me siento conforme”.
La felicidad por la decisión judicial también la compartió Yuly López, quien compareció como testigo, y había reiterado a la magistrada que “él [Omega] no me dio, la que debería estar presa soy yo por mentir”, sin pensar que horas después sería conducida a prisión.
Durante la vista, la defensa de “El Fuerte“ presentó como presupuestos cartas de iglesias, asilos y juntas de vecinos, publicaciones en medios de circulación nacional en donde la víctima niega que sucedieron los hechos, tres garantes, carta de la Asociación de Músicos, Cantantes, Bailarines y Locutores (Amucaba), contratos de fiestas desde julio hasta enero, las actas de nacimiento de sus hijos. No es la primera vez que el cantante se ve envuelto en este tipo de escándalos.
Yuly: “No puedo hablar”
Yeni Berenice, fiscal del Distrito Nacional, explicó ayer en un comunicado que Yuly López fue arrestada mediante la orden No. 0429-septiembre-2012 del día 20, por considerar que la misma había cometido perjurio. El documento fue emitido luego de que la jueza de la Novena Sala Penal declarara nula la orden del magistrado Alejandro Vargas en fecha 24 de julio de este año, considerando que la misma no debió ser dictada de oficio sino a solicitud de parte.
Esposada, compungida y sorprendida, Yuly López fue remitida a la Unidad de Prevención de la Violencia de Género, Intrafamiliar y Sexual del Distrito Nacional, con el objetivo de que el equipo multidisciplinario, que tiene bajo su responsabilidad la evaluación de estos casos, rinda el informe correspondiente.
A su salida del despacho de Berenice Reynoso, López solo dijo “no puedo hablar”, con gesto de que su prisión no era justa. Con su envío a la Unidad de Prevención, las autoridades buscan determinar si López cambió la versión de los hechos por “el síndrome de la mujer maltratada” o si realmente cometió perjurio.
En las motivaciones que sustentan la orden de arresto, la jueza Rosalba Garib, resalta que la bailarina “mintió bajo juramento”, toda vez que en la denuncia hecha en la Fiscalía declaró que Omega la había golpeado, luego suscribió un desistimiento diciendo que no era cierta esa denuncia. Posteriormente, en el tribunal, en ocasión del conocimiento de la medida de coerción, López declaró que ella no conocía a Omega y que los golpes que presentaba eran producto de una riña con una joven, versión que también varió más adelante.
Las penas que enfrenta la bailarina en lo adelante
El Código Penal en sus artículos del 361 al 366 dicen que “el perjurio se castigará con las penas y según las distinciones siguientes: cuando a consecuencia del perjurio un acusado hubiere sido condenado a treinta años de reclusión mayor, y la sentencia hubiere sido ejecutada, se impondrá al autor del perjurio el máximo de la reclusión mayor. Siempre que a consecuencia del perjurio el acusado hubiese sufrido total o parcialmente una pena criminal o correccional, se impondrá la misma pena al autor del perjurio.
Señala también que cualquier otro caso que no esté previsto en la norma se castigará con la multa de cincuenta a diez mil pesos, o prisión correccional de un mes a dos años, o ambas penas a la vez. Al cómplice o cómplices del perjurio se le impondrá la misma pena que al autor del perjurio. La norma procesal es clara en cuanto a responsabilidad y parámetros de aplicación.