El nuevo ministro de Educación tuvo la iniciativa ayer de reunirse con la Asociación Dominicana de Profesores (ADP). Carlos Amarante Baret tiene por delante el inicio del año escolar, pronto, el lunes 19 de este mes.
En la memoria del sector educativo late un tema. Las condiciones salariales de los maestros. Hay otros asuntos capitales, como la calificación de ese personal, que es una materia de largo plazo, y el déficit de aulas. Este asunto ocupa un lugar privilegiado en la agenda de la administración nacional. Al margen de los problemas de ubicación de terrenos adecuados y de las fallas de algunos ingenieros favorecidos con contratos, el programa está en marcha, y persigue dejar abiertas al menos diez mil aulas durante lo que resta de este año.
Las condiciones salariales de los maestros, insistimos, es una cuestión clave. Generó un estado de tensión durante el ciclo escolar pasado, sobre todo después de la extraordinaria asignación presupuestaria de 99 mil millones de pesos.
Cuando se temía que el año escolar estaba a punto de colapsar, se abrió un período de distensión sobre la base del cese de los ataques mediáticos de parte de las autoridades y el compromiso de la ADP de no recurrir a la huelga. En la tregua el Ministerio dispuso de manera unilateral un ajuste del 14% y el pago de los incentivos a 7 mil profesores. La decisión no llenó las expectativas y las clases terminaron bajo un estado de inconformidad.
El nuevo año escolar no puede empezar signado por ese temperamento. El nuevo ministro ha hecho bien en reunirse con los profesores. Ambas partes deben alcanzar temprano un acuerdo que subsane aquella mala pasada.
La buena gobernabilidad descansa mucho en este sector clave de la familia dominicana, una importante fuerza laboral y un amplio abanico de suplidores de servicios. Aunque no se vea de esta manera, el sector educativo también es un dinamizador de la economía.
Todo el engranaje que mueve debe funcionar bien y corresponde al Ministerio y a sus servidores alcanzar las metas propuestas. Ahora tenemos la oportunidad de oro para conseguirlo.