El fantasma de la “crisis” reapareció en los entornos del merengue. Es un tema cíclico, como la música misma. Así como ese asunto de que “debemos unirnos” para lograr objetivos que reposicionen el ritmo nacional. Pero, unirse para qué.
Para pagar una payola más económica, saldría más económico pagar en grupo que de manera individualizada. Para establecer tarifas estandarizadas. Para definir estilos y arreglos que vayan a tono con los nuevos tiempos. Para asumir el negocio con un mayor nivel de profesionalidad. Para lograr acuerdos casi inalcanzables bajo fórmulas de negocio que ya las discográficas no pueden sustentar.
Todo a cuento por la convocatoria que reunirá hoy a los merengueros, a partir de una iniciativa apadrinada por Héctor Acosta, quien en los últimos cinco años ha logrado más vigencia por la bachata que por el merengue. Supo dar el giro y es una de las orquestas más cotizadas del negocio. En el merengue, bien lo describe Ramón Orlando en la nota principal de esta página, hay una crisis que sólo encuentra espacio en los escritos periodísticos.
Los Rosario, Eddy Herrera, Miriam Cruz, El Jeffrey, Héctor Acosta, Sergio Vargas, Toño Rosario, Rubby Pérez, Kinito Méndez, La Cocoband, Peña Suazo y La Banda Gorda, para sólo mencionar las orquestas tradicionales vigentes, se mantienen tocando el año entero. Las tarifas de Los Rosario, Eddy Herrera y Miriam Cruz es altísima. Y ni se diga cuando van a Venezuela, Colombia y Panamá, mercados donde sus servicios son requeridos con bastante frecuencia.
¿Dónde podríamos encontrar crisis en el merengue? Entre los mismos merengueros, pero una crisis que dista mucho de cómo debe manejarse un artista, cómo asumir propuestas refrescantes, producciones que enriquezcan su puesta en escena en shows puntuales, en cómo visten, en cómo lucen físicamente, cuánto duran para entrar a los estudios, estrenar temas, cómo deben cuidar sus presentaciones en televisión, cómo y con quién andan cuando están en público, quién sube de su equipo a recoger un premio que dignamente los represente… En fin, el merengue está en crisis, pero es otro tipo de crisis.