Los palos “a ciega” que dan cada año los directivos del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano no paran.Debo aclarar que en mi dilatada carrera de periodista profesional nunca he escrito por “encargo”.
Lo que publico es basado en mis convicciones, a lo que pienso, a mis principios… ¡y a mi ética!
En el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano se ha cometido una grave injusticia por no inmortalizar -como se lo merecen- a destacadas personalidades.
Me refiero a sobresalientes atletas, entrenadores y directivos deportivos como son los casos del doctor Humberto Rodríguez y Ramón Pina Acevedo, afamado jurista, dos veces presidente de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y por más de 20 años Comisionado Nacional de Boxeo. La cúpula del Pabellón del Deporte, como para “dar un paño con pasta”, anunció la exaltación del ex boxeador Miguel Montilla. Pero, ¡vaya error!
Montilla no tiene méritos para figurar en el nicho de los inmortales. Es una verdad más grande que el cielo. Y lo lamento escribirla.
Acepto que Montilla, en el boxeo local, se dejó sentir en la década de los años 70.
Obtuvo victorias ante Radhamés Checo, Carlos Gil (Caja de Bolas), Adriano -Nani- Marrero, Domingo Ayala, Guillermo Cruz, Juan Cantré, entre otros. Pero sufrió tres amargas derrotas (dos de ellas por nocaut) tras ir en busca del título mundial welter junior.
Los resultados
Además de perder su corona nacional, ante un novato rival de nombre Reyes Antonio Cruz, falló en ser monarca del mundo.
Ante Antonio Cervantes (Kid Pambelé) perdió dos veces (1979 y 1980) y Aaron Pryor, en combate por el cetro welter junior, lo noqueó en el 13avo round.
El periodismo no debe ser romántico ni fundamentarse en un patriotismo “trasnochado”.
Quiero mucho a Miguel Motilla. Es un hombre afable, buen ciudadano, querido por el pueblo, que hizo una carrera apegada a la decencia atlética.
¡Pero no debemos esconder la verdad!…
