El balneario Camellón, del río Masipedro, fue clausurado por las autoridades de salud en la provincia Monseñor Nouel, debido al brote de cólera que afecta a los residentes en varias comunidades de la provincia.elCaribe pudo verificar que hasta ayer siete personas permanecían internas en el hospital Pedro Emilio de Marchena, afectadas con la enfermedad.
Los internos tres mujeres y cuatro hombres, entre éstos un haitiano, residen en las comunidades Los Arroces, La Ceiba y Los Anegadizos, localidades que se abastecen de agua no tratada proveniente del afluente.
La doctora Caridad Acosta, directora del centro hospitalario, aseguró que las personas han sido contagiadas por utilizar agua contaminada del canal cercano al río.
Al menos 30 casos han sido tratados en el hospital desde el pasado jueves con cólicos periódicos y evacuaciones diarreicas frecuentes, que han sido controlados a través de la rehidratación, expresó Acosta. Los pacientes están aislados y reciben tratamiento en un área habilitada para atender estos casos y los nuevos que se presenten. En el hospital se ha dispuesto un protocolo de bioseguridad, para evitar el contagio que consiste en llevar un atuendo especial. Además, el centro médico ha incrementado las medidas de higiene colocando alfombras impregnadas de cloro en las entradas al área y a cada paciente le han facilitado un kit de higiene personal consistente en un termo con vaso y jabón, entre otros utensilios.
Contaminación
Según denunciaron residentes de la comunidad Los Arroces, la bomba del acueducto que les abastece del preciado líquido llevaba un largo tiempo fuera de servicio y que fue reparada después que se supo del brote. Denunciaron, además, que el agua que llega a esas comunidades es agua sin clorar proveniente de los acueductos que ellos construyeron sin la intervención del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa). También se quejan de que el INDRHI no da mantenimiento al canal que traspasa las comunidades de Los Anegadizos y La Ceiba.
“El mal que nos está afectando viene directamente del río Masipedro y otras comunidades también están afectadas y usan de esa agua”, comentó Starling Santiago, dirigente comunitario de La Ceiba, mientras unos niños a pocos metros se sumergían inocentemente en las aguas del canal. Durante nuestra visita un equipo de Salud Ambiental de Salud Pública llegó al lugar para instalar un dosificador de cloro a la tubería que lleva agua desde el sector de Caño Piedra, a La Ceiba a un kilómetro distancia.
Visitantes padecen dificultades
Son muchos los bañistas que se trasladan de distintas zonas del país a disfrutar de este balneario, en esta parte del río, pero no cuenta con un baño que sea de utilidad pública para que las personas puedan realizar sus necesidades y no se vean precisados a hacerlas en el río. “El baño que tiene ese balneario es privado y la gente tiene que pagar para poder usarlo”, comentó Leonardo Hernández, residente en la comunidad de Los Anegadizos.
