El sector magisterial, que acusa al empresarial de defender una transformación curricular para crear bachilleres “obreros”, debiera explicar a la sociedad cómo es posible que estudiantes universitarios no sepan qué efeméride histórica conmemoraba el país el 6 de noviembre.
La televisión testimonió la desinformación así como la inaudita incapacidad de expresión oral entre nuestros bachilleres. ¿Quiénes son los responsables? Los profesores, que, justo o no, personalizan las fallas del sistema. Enseñan bajo métodos arcaicos de repetición y memorización. En promedio nuestros alumnos “aprenden” para pasar, canon que se replica en la universidad. ¿Transformar seriamente el sistema mediante un “pacto educativo”? Solamente si cada agente educativo reconoce sus culpas y pone el país primero. l