País herido

Como para acabarnos de rematar de dolor y rabia, el inconcebible cuádruple feminicidio de El Almirante sucedió al final de una semana –la pasada- de sucesos públicos muy indignantes. La “indexación” salarial que se autoaprobaron los senadores enfatizó una vez más que nuestra clase política no tiene límites ni recato cuando se trata de su ambición personal. En tanto el discurso del nuevo director de Impuestos Internos denunciando la extendida evasión fiscal y la distorsión infame que hacen de exenciones impositivas personas privilegiadas, pone acento en que nuestra generalizada falta de escrúpulos y de patriotismo son obstáculos fehacientes para el avance dominicano. Violencia doméstica, corrupción pública y privada, profunda desigualdad, indolencia general. República Dominicana es un país herido y burlado.