El papa aboga por una revolución entre los católicos

Ciudad del Vaticano.  El papa Francisco afirmó ayer que “un cristiano si no es revolucionario en los tiempos actuales no es cristiano”.

Ciudad del Vaticano.  El papa Francisco afirmó ayer que “un cristiano si no es revolucionario en los tiempos actuales no es cristiano”. Subrayó que si bien en la historia ha habido muchos revolucionarios, “ninguno ha tenido la fuerza de la revolución de Jesús”, que transformó la historia y cambió el corazón del hombre.

El pontífice se dirigió así a los fieles que acudieron al Aula Pablo VI con motivo de la apertura del simposio eclesiástico de la diócesis de Roma y pidió a los presentes “ser portadores de la palabra de Jesús”.

“No entiendo las comunidades cristianas que se encierran en la parroquia”, aseveró el pontífice que instó a no tener miedo al diálogo con otras comunidades e invitó a ofrecer “esperanza cristiana con el propio testimonio, con la propia libertad y con la propia alegría”.

El papa indicó que “las revoluciones de la historia han cambiado sistemas políticos y económicos, pero ninguna de ellas ha cambiado verdaderamente el corazón del hombre: la verdadera revolución la cumplió Jesús a través de su resurrección”.

Francisco pidió a los presentes a no mostrarse indiferentes ante los problemas de una ciudad como Roma y se refirió además a los jóvenes y a los que entre éstos “desean experimentar cosas y no encuentran sentido a la vida hallando en el suicidio una solución”.

“¿Sabéis cuántos suicidios tienen lugar hoy en día en el mundo? La cifra es alta, porque no tienen esperanza, han probado muchas cosas y la sociedad, que es cruel, no siempre puede dar esperanza”, dijo el pontífice.

Al cierre del acto, el pontífice decidió evitar seguir el protocolo y salir por la puerta lateral y volvió a atravesar el Aula Pablo VI para tener la oportunidad de saludar a los varios miles de fieles que allí se encontraban.

Misión Milagro

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, propuso al papa Francisco una alianza entre la Santa Sede y la República Bolivariana para extender en el mundo la llamada “Misión Milagro”, una iniciativa que opera la vista gratuitamente a personas de escasos recursos.

Maduro hizo estas declaraciones durante su comparecencia ante la comunidad ítalo-venezolana en Roma, después de que el papa le recibiera en audiencia privada en el Vaticano y tras su encuentro por la tarde con el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano.

La “Misión Milagro” es una iniciativa de Cuba a la que se adhirió Venezuela para devolver la visión u operar de problemas visuales a enfermos sin recursos, de la que se han beneficiado más de un millón y medio de latinoamericanos.

La iniciativa fue una de las primeras “misiones” lanzadas por Chávez y se convirtió rápidamente en un programa social emblemático de sus 14 años al frente de Venezuela, durante los cuales implementó numerosos programas de apoyo a los más pobres que le valieron un amplio apoyo electoral.

Maduro sostuvo que esa alianza podría trasladarse a otros campos de acción como la educación.   Calificó la reunión de veinte minutos que mantuvo con el papa de “extraordinaria”.

Pide al papa canonizar a un médico venezolano

El presidente venezolano Nicolás Maduro solicitó al papa Francisco la canonización de un médico que atendió a los pobres en Caracas y que es considerado un santo por muchos venezolanos. Maduro entregó al pontífice una estatuilla de José Gregorio Hernández, que vivió de 1854 a 1919, durante una audiencia de 20 minutos que mantuvieron ayer lunes y dijo: “Esperamos su canonización. Es un santo del pueblo”. Maduro regaló al papa un retrato del héroe nacional Simón Bolívar y un cuadro de la virgen Coromoto.

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