CIUDAD DEL VATICANO (AP) — Durante su primer viaje a África el mes próximo, el papa Francisco recorrerá una villa keniana, se reunirá con musulmanes y cristianos evangélicos y visitará un campo de refugiados en República Centroafricana, afectada por los conflictos armados, informó el sábado el Vaticano.
Francisco también rendirá homenaje a los mártires de Uganda durante su viaje por tres países entre el 25 y el 30 de noviembre, que le enfrentará por primera vez con los efectos del extremismo islámico y la violencia entre cristianos y musulmanes en el continente africano.
El Vaticano reveló el sábado el itinerario del viaje relámpago, que planteará riesgos de seguridad en su mayoría ausentes en los anteriores viajes al extranjero de Francisco.
Francisco primero llegará a Nairobi, en donde sobresale su visita a una villa keniana y una reunión con representantes de la comunidad de Kenia, que tiene religiones muy variadas.
Kenia se ha enfrentado a ataques de los milicianos islámicos de Al Shabab desde que enviara soldados a combatir contra los rebeldes somalíes en 2011. Al Shabab, relacionado con Al Qaeda, ha dirigido grandes ataques en Kenia, incluido el ataque de 2013 contra el centro comercial Westgate de Nairobi y un ataque en abril contra una universidad en Garissa, donde murieron cerca de 150 personas, muchas de ellas cristianas y de otras fes no musulmanas.
Es probable que Francisco condene la violencia motivada por la religión y haga un llamado a una mayor armonía interreligiosa.
El 27 de noviembre, Francisco viajará a Entebbe, Uganda, donde visitará tanto el santuario anglicano como el católico para los mártires caídos y celebrará una misa en su honor.
En Bangui, la República Centroafricana, el pontífice visitará un campo de refugiados, se reunirá con la comunidad evangélica y visitará la mezquita Koudoukou en Bangui para reunirse con la comunidad musulmana.
Aunque anteriormente el Vaticano tendía a evitar relacionarse con comunidades evangélicas, que compiten por las almas católicas en África y otras partes del mundo en desarrollo, Francisco ha mostrado una apertura mucho mayor, en gran parte basada en la amistad personal que forjó con pastores evangélicos cuando fue arzobispo de Buenos Aires.
