Párroco aclara que Nuncio no dio misa en creole

El párroco de la Iglesia Santo Cura de Ars, en el barrio Capotillo, Abraham Apolinario, aclaró ayer que la misa oficiada el pasado 24 de diciembre por el Nuncio Apostólico, monseñor Jude Thaddeus Okolo, no fue celebrada en creole.

El párroco de la Iglesia Santo Cura de Ars, en el barrio Capotillo, Abraham Apolinario, aclaró ayer que la misa oficiada el pasado 24 de diciembre por el Nuncio Apostólico, monseñor Jude Thaddeus Okolo, no fue celebrada en creole.En una carta agradeciendo a los medios de comunicación la cobertura informativa de la actividad, el sacerdote explicó que el recién nombrado delegado del Vaticano, en el país, entonó una tradicional canción infantil en “igbo”, su lengua materna, que algunos medios confundieron con el dialecto haitiano.

“Algunos han malinterpretado la errónea información de un diario y un canal de televisión, de que la misa fue celebrada en creole, porque el coro de la comunidad haitiana que celebra cada domingo la Eucaristía a las 11:30 de la mañana  tuvo una hermosa ofrenda de ofertorio y durante la comunión cantó otras dos canciones. Toda la celebración, las lecturas y la homilía se tuvieron en español. El señor Nuncio no dijo una sola palabra en creole, aunque pudo hacerlo con todo derecho”, dice el documento.

Apolinario narró que en octubre pasado propuso al coro infantil incluir dos villancicos en francés para agradar a la comunidad de religiosas haitianas “Hijas de María”, que trabajan en la parroquia desde hace cuatro años. “Pensé que sería también un bonito regalo para la directora de nuestra escuela, de las Hermanas de Santa María de Namur, nativa de la región de Quebéc en Canadá”.
El párroco afirmó que la presencia del Nuncio le dio a la misa de Nochebuena,  un tono eclesial más profundo, la que asegura fue pronunciada en “un español bastante aceptable”.

“Desde la introducción nos propuso el tema de su homilía: “Seguir el ejemplo de María, que convirtió la cueva de los animales de Belén en un hogar de ternura”, cuyo mensaje, dice el párroco, fue asumido como un reto para los residentes de Santo Domingo, especialmente para aquellos que habitan en el sector de Villas Agrícolas, el ensanche Luperón y el ensanche Capotillo, cerca de la iglesia Santo Cura de Ars.

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