Partes del cuerpo humano… dominicano ( y 2)

A causa de la influencia externa existen calificativos que tienen significado dentro de una escasa población, en clases sociales altas tienen espacios algunos de estos, como por ejemplo “pompis” para llamar a los glúteos, que nosotros en dominicano&

A causa de la influencia externa existen calificativos que tienen significado dentro de una escasa población, en clases sociales altas tienen espacios algunos de estos, como por ejemplo “pompis” para llamar a los glúteos, que nosotros en dominicano decimos ”nalgas” y en el sur: “narga”. En algunos sitios se le dice, si es de mujer, “el patrá”. Sin lugar a dudas, son las “partes privadas” las que más nombres reciben de los criollos y esto por el tabú de mencionarlos con sus calificativos populares, pero que aumentan el acervo cultural que nos identifica. Aunque suenan vulgares, lo cierto es que corresponde a la manera de nombrarlos y que lo aprendimos de los mayores, con su lenguaje coloquial, sobre todo durante trifulcas, discusiones, insultos, “boches” y “pele’lengua”. En el transcurrir de la vida diaria del dominicano, estos términos “sazonan” su manera de expresarse coloquialmente. La “verijita,” forma de llamar a la ingle y las zonas bajas del cuerpo del dominicano; de pequeños las madres ordenan, a hembras y varones al momento del baño, “lávate bien la verijita que de’aí sale un mariquito jodón”. La rabandola corresponde en la mujer a “sus partes”, como suele llamarse a la vulva y en algunos sitios a la parte posterior del cuerpo. Esas “partes” reciben epítetos diversos como: “el toto”, “la popola”, “el sieso”, “la cuca”, “el coño”, “el ñame”. Al espacio entre la vulva y el ano se le denomina “el nié”, porque no “e ni una cosa ni la otra”. Al propio ano se le llama de varias maneras: culo, como lo designan los españoles y que usan sin tapujos: “el chiquito”, “el fuichito”, el “aterico”, “ fullín”, “la etrella”, “el fuí”, “el de atrá”, “el nunín” y otros epítetos más locales o regionales. En el caso masculino el pene tiene todos los apodos imaginables comenzando con “güevo”; le siguen “el ripio”, “el tolete”, “calembo” y aunque no criollo, “la pinga”. También, “el pipo”, “el tallo” y el bimbín y en caso de niños: bimbolo.

En el caso de la mujer dominicana al clítoris se le llama: “la semilla”, “la creta” y “la pepita”.En los hombres los testículos son “los granos” o “las bolas” y el escroto es “la bolsa”. El criollo no tiene calcañal sino “jarretes”. No tiene pies, sino “pata” y a los dedos de los pies: “la pesuña”. El nuestro no tiene intestino sino “mondongo” y al útero se le dice “la madre” o “la matrí”. En los hombres: “el padrejón e una bola’epelo que lo’sombre tienen aentro” que no se acaba de definir anatómicamente pero que da síntomas cuando se padece, de este.

Necesario es que los médicos en su proceso formativo, conozcan todos las formas de llamar las partes de cuerpo humano… dominicano, lo que ayuda al paciente, orienta al facultativo y evita confusiones. “No e lo mimo atrá que’n la epalda” y dice la bachata: “eso da pa to, eso no se gata”.

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