Particular evento con “ñapa” motivadora

El pasado jueves, día 10 del corriente mes, se materializó una interesante iniciativa de elCaribe, con nueva imagen, y El País,…

El pasado jueves, día 10 del corriente mes, se materializó una interesante iniciativa de elCaribe, con nueva imagen, y El País, audaz e influyente diario español de presencia local, que con el sugestivo título de “Invertir en República Dominicana”, desnudó, ante un nutrido y diverso público convidado, la inversión extranjera en sus aspectos más diversos.

Al margen de las exposiciones del ministro de Economía, Planificación y desarrollo, Temístocles Montás, que destacó, desde la óptica estatal, aspectos relevantes de la posición del país como destino de inversión, sus ventajas y seguridades ante un mundo financiero tan volátil; de la excelente intervención de Eddy Martínez, director del CEI-RD, itinerante promotor del país en todos los foros empresariales del mundo; de la magistral exposición del presidente Leonel Fernández que recogió en amplio recorrido histórico, bondades y valores de nuestra tierra, como destino de inversión, haciendo galas de su oratoria “convencedora”, frente a muchos con responsabilidad de potenciar transformaciones, invertir o de propiciar flujos de capitales hacia nuestro país. A mi juicio, hubo en la primera parte de tal evento un importante aporte que bien pudiera servir, quizás sin proponérselo, de catalizador de un proceso motivador de los sectores generadores de riquezas. Nuestro Frank Rainieri, visionario decano de las aventuras de inversión en el sector turístico, ante la embarazosa pregunta para cualquier extranjero, de ¿qué debe hacer el Estado para potenciar el negocio de República Dominicana como magneto de atracción de turista? hizo una reveladora radiografía de la actividad, de su desarrollo histórico, de los yerros iniciales con énfasis en lo ecológico y del potencial futuro como destino de año completo y no de cálido refugio tropical de invierno.

Explicó, de manera locuaz y sencilla, lo que representaría para nuestro país, con su efecto multiplicador de demanda de alimentos, de servicios y del empleo y para el Estado de manera directa.

Pero lo medular, según mi óptica fue que Rainieri esbozó qué debe hacer el Estado facilitador y regulador, con ideas más que con críticas, para que el desarrollo se constituya en progreso universal para los dominicanos y esto debe ser tarea de todos los líderes nacionales.

Definir el escenario ideal y el aporte oficial para potenciar actividades productivas y generadoras de moneda dura. En armonizar potencial, capacidades y condiciones que, lejos de considerarse privilegios, sirvan de plataforma para definir el rol ideal del administrador del país: el gobierno nacional, alineado con los sueños de progreso individual.
César Nicolás Penson Paulus
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