Apesar de que se había anunciado como una disposición temporal que concluiría en el mes de abril de 2013, la Policía Nacional informó que el patrullaje mixto de policías y militares no sólo continuará sino que será aumentado. Como respuesta al incremento de los hechos delictivos durante las últimas semanas, el presidente Danilo Medina ordenó hace unos días a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional “que se utilicen todos los militares que sean necesarios para el combate a la delincuencia” y para ello se reforzarán las áreas en las que las estadísticas demuestran que hay mayor incidencia delictual.
Ante esto, sorprendió la reacción de la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, cuyas palabras textuales fueron las siguientes: “No somos partidaria de que los guardias patrullen para la seguridad ciudadana. En países como México los resultados no fueron muy buenos”. Precisamente en México, lugar que según la fiscal Yeni Berenice el patrullaje mixto no había dado resultado, parece que difiere el actual presidente Enrique Peña Nieto al disponer miles de militares para acompañar a los policías locales en 13 zonas del país consideradas “focos rojos”, lo cual goza del respaldo de la mayor parte de la población y el apoyo del sector empresarial mejicano.
Específicamente en Monterrey, el vocero del gobierno de Nuevo León reconoció que la disminución de los patrullajes por parte del Ejército mexicano para acompañar el trabajo de la policía local es una de las principales causas por las que se ha agudizado la violencia de diciembre a la fecha y han aumentado las ejecuciones de personas.
Otro ejemplo lo encontramos también en el Estado Trujillo, en Venezuela, donde las cifras relativas a inseguridad ciudadana mejoraron en un 30% luego de la ejecución reciente del plan de patrullaje mixto. Situación similar ocurre en Ecuador, Guatemala, Honduras, El Salvador, Bolivia, Perú y muchos otros países de la región, donde los patrullajes mixtos no sólo son regulares y habituales sino que también han sido reforzados porque han tenido consecuencias positivas para la seguridad ciudadana.
Obviamente, los patrullajes mixtos no pueden ser una solución de largo plazo para el problema de violencia y auge de la delincuencia que desde hace años afecta a la República Dominicana; sin embargo, es sin dudas una contribución importante para ofrecer cierto alivio en el corto plazo, fortalecer a una policía nacional que necesita urgentemente ser reformada y en general complementar las medidas del nuevo plan nacional de seguridad ciudadana.
