Peligrosa camisa de fuerza para 10 mil nuevas aulas

El presidente de la República, Danilo Medina, se ha comprometido con la sociedad dominicana a construir 10 mil nuevas aulas para responder a las urgentes necesidades de la educación dominicana, y ha querido ser tan transparente, tan honesto y tan…

El presidente de la República, Danilo Medina, se ha comprometido con la sociedad dominicana a construir 10 mil nuevas aulas para responder a las urgentes necesidades de la educación dominicana, y ha querido ser tan transparente, tan honesto y tan diferente al presidente anterior, que ha cometido dos importantes errores, aunque de muy buena fe.

El primer error fue sortear las nuevas escuelas entre todos los ingenieros aspirantes, sin precalificarlos en base a la experiencia constructiva mínima requerida, lo que permitió que muchos ingenieros sin experiencia en construcción de escuelas ganaran en los sorteos, recibieran el inmediato avance, a veces sin tener el solar, y luego no han sabido con cuáles criterios escoger el solar y en qué dirección construir la escuela en relación al eje de la falla sísmica más próxima.

El segundo error fue querer transparentar tanto todos los pagos de avances y cubicaciones, que se montó una compleja estructura burocrática cruzada, incluyendo a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), y ahora todo se ha complicado tanto, que ha producido grandes demoras, pues el avance constructivo total no alcanza al 10% de lo previsto para esta fecha.

En ese sentido, el presidente Medina ha convocado a 902 contratistas de escuelas públicas para requerirles terminar las nuevas aulas antes del 31 de diciembre de 2013, lo cual constituye una peligrosa camisa de fuerza que podría atentar contra la calidad y la seguridad de esas obras, porque usted no ha visto que el gobierno haya convocado a esos ingenieros para exigirles que esas escuelas sean resistentes a cualquier terremoto, para que los niños y los profesores estén seguros, lo que indica que el plazo de entrega está por encima de la seguridad.

Hay que recordarle al presidente Medina que el sismo del 2010 en Haití tumbó cinco mil escuelas, y que el sismo del 2008 en Sichuán, China, tumbó seis mil escuelas, lo que indica que en dos sismos tuvimos 11 mil escuelas colapsadas, y eso se debe a que los ingenieros no consideraron la mala respuesta sísmica de los suelos flexibles, mayormente arcillosos y arenosos, y construyeron sobre suelos del mismo modo que construyen sobre roca, y ese es un grave error que se repite.

El Ministerio de Obras Públicas se conforma con los estudios tradicionales para determinar la capacidad de carga de los suelos donde se construyen las obras, pero no exige mediciones, in situ, de las velocidades de las ondas sísmicas de corte (Vs), ni exige determinar cuál es el horizonte de suelo con capacidad de amplificación del espectro sísmico, ni exige instalar aisladores sísmicos en suelos muy blandos. La gente debe saber que las escuelas construidas sobre roca de buena calidad tienen buena respuesta sísmica, porque la roca las protege como ha protegido las viejas edificaciones de mampostería de la ciudad colonial de Santo Domingo, las que han soportado terremotos de magnitud 8.1; pero no ocurre igual en los suelos arcillosos y arenosos que vibran excesivamente, amplifican y generan grandes fuerzas cortantes que hacen colapsar escuelas y otras edificaciones que no hayan sido construidas con sismo resistencia para ese sitio específico.

La urgencia exigida para terminar todas las aulas antes del 31 de diciembre provocará que muchas escuelas muestren vicios de construcción, y veremos asentamientos, inclinaciones, grietas, filtraciones y muy mala respuesta sísmica cada vez que la tierra tiemble fuertemente. Si el próximo terremoto dominicano tumba alguna escuela nueva, toda la culpa será del gobierno, y no del terremoto, porque las escuelas y los hospitales deben ser búnkers a prueba de terremotos.

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