Pensar y ser

Hacia construir la mejor obra, la de nosotros mismos y nuestras aspiraciones, primero hay que poner la zapata del pensamiento correcto. Mucha gente por ahí que por no reconocer eso, se desperdicia en insatisfacciones y quejas. Es como el padre que de cara a mudar su familia de la casa barrial a un elegante condominio, amonesta a sus maleducados hijos: “ustedes no están preparados para vivir entre la gente”, y les exhorta a cambiar sus modales. Para no actuar contrario a nuestros mejores intereses, hay que hacer consciencia del impacto de cómo pensamos. “Tenemos que aprender una nueva forma de pensar antes de dominar una nueva manera de ser”, apunta la autora Marianne Williamson.