El ministro Administrativo de la Presidencia negó ayer que en el proyecto Boca de Cachón, Jimaní, haya habido un mal reparto de las viviendas como denunció el alcalde del distrito municipal, Fernando Novas.José Ramón Peralta informó que es “falso” que el alcalde haya sido excluido del proceso de reubicación de las familias afectadas por la crecida del lago Enriquillo y señaló que este fue parte del censo realizado para determinar la cantidad de personas que serían beneficiadas con el proyecto habitacional.
Indicó que lo que sucede es que alrededor de 20 familias, a las que llamó renegadas, no han querido mudarse al nuevo poblado, porque exigen que el Gobierno les construya una casa adicional para un pariente o una habitación extra. Dijo que no pueden complacer a estas familias porque sería una “mala práctica” y porque la mayoría de los beneficiarios, 526, se han mudado sin problemas.
“Todas las casas fueron asignadas por el Comité (de Desarrollo de Boca de Cachón) y por el censo que hizo el Comité y el alcalde. Ha habido gente, unas 20 familias o menos, que tienen sus casas asignadas en el pueblo, pero no se quieren mudar hasta que no le den una casa a un hijo o una hija, o quieren que le construyan una habitación extra. Entonces, aquí hay un problema”, aseguró.
Aunque calificó como “cosas normales que suceden en cualquier traslado”, el funcionario dijo que de todos modos terminarán de “evaluar correctamente todo”, porque las autoridades no quieren cometer ninguna injusticia. No obstante, afirmó que tampoco quieren abusos “ni gente que prive en más viva de la cuenta, porque todos ya tienen sus casas”.
El miércoles, el alcalde Novas se presentó a la redacción de este diario y denunció que la entrega de viviendas del nuevo poblado ha estado viciada porque se ha otorgado casa a personas que no viven en el viejo Boca de Cachón y que no figuran en el censo.
