La vigencia del nuevo régimen de pago del impuesto a los vehículos en cumplimiento de la ley de reforma fiscal sorprendió a todo el mundo.
El acomodamiento a los impuestos había pasado, y replantear ese tema resultaba no grato. Podía ser una fuente de irritación social.
El asunto no era el porcentaje de dominicanos que sería gravado en menor o mayor medida, sino el impacto sicológico que provocaría. La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) no estaba haciendo nada que no fuese lo que dispone la ley, es la coyuntura.
En ese sentido, el presidente Danilo Medina no ha necesitado demasiado tiempo para percibirlo, y esa comprensión le ha permitido agregar otro elemento a la cuestión. Podría quitarle aliento a la economía, que según explicó, ya está rebasando la fase de desaceleración del primer trimestre del año.
“En aras de que no se detenga el crecimiento de la economía dominicana, que es el primer empeño que tenemos en estos momentos, de acelerar el crecimiento económico, yo hoy me estaré comunicando con el director General de Impuestos Internos para pedirle que posponga el nuevo impuesto para el próximo año y que siga vigente el impuesto que estaba hasta este momento…”.
Y lo ha hecho con sabiduría. No le está ordenando al director de la DGII… se estará comunicando con él para pedirle que posponga la aplicación del nuevo impuesto. Y a seguidas defendió los argumentos de la dirección de la DGII.
Y no pierde la perspectiva, porque el cobro de un impuesto puede convertirse en un problema político y social, y con sentido de la realidad, pide la postergación.
Además, lo hace con humildad: “Entonces, que se cobre el impuesto tal y como se cobraba hasta ahora, a partir del mes de octubre como él lo anunció y el próximo año analizamos… la posibilidad de que cobremos el impuesto tal y como está en la reforma fiscal, que se hizo y que fue aprobada por el Congreso Nacional y que es una ley”.
Es la actuación de un hombre perceptivo, prudente, sensato. l
