Comienza a propagarse que si no lo conocían hasta ahora, peledeístas y aliados están conociendo ya el perfil del Danilo Medina que ha dicho y reiterado que está preparado para gobernar y que tiene su librito. Y no es solamente por la discreción cerrada en que se ha manejado en el que se siente ¡laaargooo…! período de transición sino también por el éxito alcanzado para mantener a distancia desde funcionarios que quieren quedarse, dirigentes que quieren llegar y hasta las denominadas piroperas, versión femenina de los pica-pica. En el entorno de El Titán de Bronce se habla no solamente de que él es tímido en el gasto sino de que “así como sabe ser solidario y humilde con los suyos, es implacable con los que violan ciertos códigos explícitos de lealtad y discreción”. ¡Aaay mamacita…!
Anécdotas
Ya circula más de una anécdota de reproches antológicos de Medina a algunos compañeritos, compañetriotas y otros aliados que han querido pasarse de sabrosos tirándole a modo de chanza (¿o chercha?) expresiones como “en la calle se dice…” o “la gente espera…”, y no sé si será cierto (¡…que es cierto!) lo del aspirante a una muy importante dirección general que por 3 ocasiones, dizque a discreción, había procurado con éxito estar en el momento y lugar adecuados, cerca del mandatario electo, para “dejar caer” con sutileza lo que espera, hasta que Danilo, llegando a un encuentro lo avistó en el largo pasillo, al bajar de su vehículo, y -¡diiicen!- que no lo dejó que arrancara de nuevo, saludándolo con un “¿cuáles son tus planes para comenzar en…?”, lo que sorprendió al aspirante que, nervioso, apenas atinó a “gaguear” recibiendo un lapidario “veo que no tienes planes, por lo que no puedo considerarte para ese puesto”. Al interesado, como dice el pueblo, se le habría “caído la cara”, ante el gozo bellaco de los contertulios, entre los que, como era de esperarse, habían por lo menos 2 que pretenden bregar con furgones y gravámenes. ¡Hummm…!
