Ha nacido el 2014, un año en el que esperamos que el periodismo deportivo de República Dominicana transite mejores caminos.Que sus practicantes trabajen acorde con los nuevos tiempos.
Y no quiero acudir a frases manidas que siempre se escuchan al momento de comenzar un nuevo año. Frases como: “Esperamos que este nuevo año nos traiga cosas buenas y que… bla, bla, bla”. Bueno, es normal que la gente, al finalizar el año, muestre aires optimistas e incluso se llene de ilusiones, de sueños que nunca van a llegar a ser realidad. Acepto que el optimismo siempre es valioso y nunca se debe perder la esperanza… la esperanza de alcanzar los objetivos que siempre nos proponemos. En lo que concierne al periodismo especializado en deportes de República Dominicana, quienes estamos inmersos en este oficio, muy mal pagado (por cierto), debemos señalar el camino del avance… ¡y de renovarnos cada día!
Los periodistas deportivos no sólo debemos concatenarnos con el vertiginoso desarrollo que traza la tecnología -especialmente en lo que respecta a la informática, la Internet y el indetenible desarrollo de los sistemas sofisticados-, sino también con nuestra preparación académica. Los periodistas y comentaristas deportivos tenemos que poner, con firme entereza, esfuerzo profesional, principios y ética en nuestro trabajo. Dejar atrás el simplismo, la sencillez al redactar, ser buenos aliados y orientadores de los seguidores del deporte a todos los niveles.
Avanzamos
Es innegable que el periodismo especializado en deportes de nuestro país ha acusado avance. Es una verdad como un templo.
Sin embargo, no basta con un “relativo” avance. Porque la sociedad dominicana, en la mayoría de sus segmentos, ha tenido un sostenido progreso y desarrollo. ¿Quién lo niega? La crónica deportiva cuenta con capacitados periodistas y comentaristas. Estos profesionales, con su talento –puesto a prueba en diferentes áreas (periódicos, radio, televisión…), son dignos representantes de los medios que representan. Mientras más capacidad tengamos, más nos respetarán.
