En la última entrega recapitulo con estas líneas: El periodista deportivo debe tener criterio propio, no pensar con cabeza ajena.Opinar con autoridad sobre temas que interesan a los seguidores del deporte.
Es un mensaje dirigido especialmente a la nueva generación de cronistas. El periodista deportivo tiene que trabajar en función de la objetividad, con ética, sin tergiversar los hechos, ¡como a veces ocurre!
Es elemental, y lo saben los más veteranos, la obligación del periodista o comentarista deportivo trabajar con “sumo cuidado”, dar a conocer los hechos sin caer en la subjetividad. ¡Es deber prioritario!
Si accionamos de esa forma, el lector (radioescucha o televidente), le pondrá -a su información, análisis o comentario-, el sello de credibilidad a lo que se publica, sin importar el medio.
Es ese el camino que debe trillar la prensa deportiva nacional.
Sin polémicas
Al tomar la decisión de escribir estos trabajos, no lo hice para entrar en necias polémicas y mucho menos creerme un docto del periodismo, o dueño absoluto de la verdad.
A propósito, lean lo que dice el ensayista francés Josepth Joubert: “El objetivo último de una disputa, o de una discusión, no debería ser una victoria, sino un progreso”.
En un país democrático, como es el nuestro, siempre debemos estar prestos a debatir ideas y hacerlo fundamentados en argumentos que por su contundencia sean “irrebatibles”. Con la celebración del necesario congreso, que la ACD debe con urgencia organizar, tendríamos un buen escenario para entrar en el debate. Aunque el principal objetivo del congreso acedeísta debe ser el de revisar todo lo que se hace hecho.
Al término del cónclave, tras analizar las ponencias, la directiva de la ACD tiene que llamar a una asamblea con facultad para realizar una reingeniería. Y cuya conclusión sea la indispensable profilaxis. La profilaxis que desde hace mucho tiempo es reclamada en nuestra octogenaria benemérita institución.
¡Que así sea!