El presidente Danilo Medina empezó su nuevo gobierno con un panorama totalmente distinto al de 2012, cuando la oposición de la época parecía contenta con su triunfo, porque aparentemente su problema era Leonel Fernández. Y ese enfoque se convirtió en su gran problema. Ahora Danilo arranca con una oposición confrontadora, en pelea de calle, si fuera necesario. Aun insiste en desconocer su legitimidad, ni siquiera se prestó para juramentar a su hermana Lucía como presidenta de la Cámara de Diputados y lo desairó con su rechazo a participar en su juramentación y toma de posesión ante la Asamblea Nacional. Deja claro que no dará respiro, intente o no repetir en 2020.
En pie de guerra
El presidente Danilo Medina empezó su nuevo gobierno con un panorama totalmente distinto al de 2012, cuando la oposición de la época parecía contenta con su triunfo, porque aparentemente su problema era Leonel Fernández. Y ese enfoque se convirtió&#