Todos los años el Poder Ejecutivo tiene que ser garante de un préstamo de mil millones de pesos para que los ayuntamientos y la Liga Municipal Dominicana puedan pagar la regalía pascual, el salario número 13 contemplado en el Código del Trabajo.
Sin embargo, ninguna autoridad ha cuestionado por qué los municipios, salvo alguna excepción, no hacen la planificación adecuada para que puedan ahorrarse cada mes el pago de ese beneficio laboral.
No es por falta de reglamentación, porque la ley 176-07 establece de qué manera deben distribuirse los recursos y ,en su artículo 21, detalla que el 25 por ciento para gastos de personal, 31 para el funcionamiento y mantenimiento de los servicios municipales, el 40 por ciento para construcción de obras y adquisición de inmuebles y un cuatro por ciento para programas educativos, de género y salud.
Además, la misma legislación dedica parte de sus articulados a enseñar cómo debe ser elaborado el presupuesto municipal cada año, establece de las previsiones que deben tomarse y ordena a los alcaldes presentar esa planificación al concejo de regidores, para que en un plazo bastante prudente los ediles lo revisen y hagan la observación.
Entonces, entre esos exámenes debe estar la previsión para garantizar el pago de la regalía pascual sin dilación.
Existe irresponsabilidad de los alcaldes como gerentes a tomar las previsiones para cumplir con los beneficios laborales, pero existe mayor responsabilidad de los regidores de no aprobar un presupuesto que no cumpla con los requerimientos.
Es claro que los concejos de regidores no están cumpliendo con su misión de fiscalizar las acciones de las sindicaturas y peor aún son los ediles que tienen la responsabilidad de nombrar al gerente financiero, tesorero y el contador.
Será que están designando en esos puestos a un personal que no sabe hacer su trabajo. Aunque la mayor responsabilidad la tienen los alcaldes, que son los administradores y que es casi seguro que no pasarían una evaluación de buen gerente.
