PLD y PRD: las fuerzas que polarizan las elecciones

La actual polarización del sistema político nacional comenzó a definirse el 16 de mayo de 1996 cuando, por primera vez, Leonel Fernández Reyna alcanzó la Presidencia de la República desde el Partido de la Liberaci

La actual polarización del sistema político nacional comenzó a definirse el 16 de mayo de 1996 cuando, por primera vez, Leonel Fernández Reyna alcanzó la Presidencia de la República desde el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Desde entonces, el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) sólo muestra indicadores de debilitamiento o desaparición, mientras que el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) se mantiene como la única fuerza capaz de alternarse en el Ejecutivo. Así lo demostró en el 2000, año en que el hoy candidato presidencial Hipólito Mejía subió las escalinatas del Palacio Nacional; en el 2004, con el fallido intento releccionista del mismo Mejía; y en el 2008, cuando el actual presidente de la organización, Miguel Vargas, consiguió acumular el 40.48% de los sufragios computados por la Junta Central Electoral. Aquella vez Fernández Reyna ganó por tercera ocasión las elecciones (con el 53.8% de los votos), y Amable Aristy Castro (PRSC) terminó con el 4.59%.
 
En este período de 16 años, las fuerzas progresistas y de izquierda han tratado de consolidar un proyecto unificador y de reales posibilidades de triunfo.  Pero no lo han conseguido.

El próximo domingo 20 de mayo vuelven a las urnas de manera independiente. Las más definidas son la de Alianza País, que representa Guillermo Moreno; Dominicanos por el Cambio, de Eduardo Estrella, y del Frente Amplio, con Julián Serulle.

Ya que las recientes encuestas indican que entre los tres no suman el 5% de la preferencia del electorado, y el PRSC (miembro del Bloque Progresista del PLD) por primera vez en su historia no lleva propuesta presidencial propia, se espera que el lunes 21 la República amanezca con un escenario político indiscutiblemente polarizado por dos organizaciones sin diferencias ideológicas.

“Hace tiempo que en la República Dominicana los partidos que han llegado al poder, sea a través de la presidencia, del Congreso o de los ayuntamientos, hacen uso ilegal de los recursos públicos con fines electorales, con la finalidad de crear un sistema clientelar, que no es otra cosa que la compra de los votos con fondos públicos. Y una compra de votos jamás podrá ser considerada como el ejercicio libre del sufragio, y por ello constituye una forma de fraude electoral”, explica Francisco Álvarez, en un artículo de opinión que publicó antes de ser escogido como coordinador de Participación Ciudadana.

En el texto, Álvarez afirma que  las recientes hazañas presidenciales del PLD  y el PRD han buscado conseguir ventajas por medio a la utilización de recursos fraudulentos, ilegales, lo que denota una corrupción del sistema democrático. Aunque el autor no los menciona, esas hazañas  fueron presididas en el PLD por el presidente Leonel Fernández Reyna y Danilo Medina, y en el partido blanco por Hipólito Mejía y Miguel Vargas

Posibilidades de cambio

En la actual campaña presidencial Hipólito Mejía y el PRD enarbolan el discurso del “cambio”, con la intención de aprovechar el hartazgo que una parte de la población siente ante las dos gestiones consecutivas del peledeísmo (2004-2008 y 2008-20012).

Medina y el PLD, recordando la crisis económica del anterior mandato de Mejía (2000-2004), se atrincheran en el discurso del “cambio seguro”, desde donde pronostican que otro mandato perredeísta sería desastroso para la nación.
Estas posiciones, sin embargo, no se sustentan en una base programática diferenciada, porque según el sociólogo Juan Miguel Pérez, ni los morados ni los blancos la poseen.

“Ni hay base programática ideológica, ni diferencias entre los dos partidos. (…) En cada partido hay un abanico de ideas que sobrepasan lo que normalmente es la ideología. ¿Qué hace eso? Primero mueve a la gente a no votar por sus ideas, sino por el ‘de quién yo estoy más pegao’ ”, dice Pérez, y agrega que en segundo lugar la carencia de un programa de gobierno concebido desde una visión ideológica de la sociedad confunde a los ciudadanos, que ven a los grandes partidos como bandas de amigos, definidas en frases populares como “comesolos”, “comesiempre” o “comeparatodos”.

Política o negocio

En 1985, para explicar las diferencias de fondo que existían entre la nueva organización política que encabezaba (PLD), y la que abandonó en 1973 (PRD), el profesor Juan Bosch escribió una serie de artículos titulada “La Política no es un negocio”.

En uno de los textos Bosch señalaba que el PRD sólo existía para participar en elecciones, y sus mal llamadas “tendencias” sólo eran grupos que seguían a aspirantes a ser candidatos presidenciales en las elecciones siguientes.

Dichas “tendencias”, decía, eran movidas por gente  interesada en buscar beneficios individuales dentro del Estado. Esto es “ventajas económicas que son vistas con anticipación, a veces con dos, con tres años de anticipación, es decir, cuando el jefe de la tendencia sea elegido presidente de la República”. Naturalmente en un partido así, reflexionaba el profesor, nadie se preocupa por formarles a sus miembros conciencia política, “y se explica que no haya quien tenga esa preocupación porque para el perredeísta la política es una forma de hacer negocio; la forma más fácil de hacer dinero”.

A 26 años de sus reflexiones sobre política y negocios, Bosch no podrá constatar que el PLD, la fuerza que concibió para la “liberación” nacional, se prepara para ir a elecciones presidenciales con las mismas características que él criticó al PRD, aunque el sociólogo Juan Miguel Pérez destaca una diferencia: “El PLD es más clientelar que el PRD, porque el PRD no tiene que ir a buscar una militancia, la tiene”.

Visión

Juan Miguel Pérez
Sociólogo, profesor UASD
Resalta que el PLD se diferencia del PRD porque es un partido más organizado, de cuadros políticos, cuyo origen fue leninista (de izquierda). El PRD, al ser un partido de masas, es más abierto y de poca rigurosidad, lo que le permite integrar a los diferentes sectores sociales.

Francisco Álvarez
Coordinador Participación Ciudadana
El coordinador general de Participación Ciudadana sostiene que los grandes partidos dominicanos, cuando llegan al poder, no escatiman esfuerzos para utilizar los recursos públicos en favor de sus afanes de continuidad, lo que se convierte en fraude.

Hipólito y Danilo, 12 años después

Hipólito Mejía y Danilo Medina se enfrentan por segunda vez en elecciones presidenciales después de  12 años. En el 2000, Mejía venció a Medina en la primera vuelta electoral, tras alcanzar el 49.8% del sufragio.

En esa ocasión el líder del PRSC, Joaquín Balaguer, no quiso respaldar a los peledeístas como lo hizo en 1996. Se comentó que tampoco el presidente Fernández Reyna dio un respaldo total a su compañero de partido. En el 2008, Medina intentó ser el candidato del PLD nuevamente, pero la reelección de Fernández Reyna se lo impidió. Luego de una acalorada contienda interna, el exsecretario de la Presidencia denunció que lo “venció el Estado”. 

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