Puerto Príncipe. Una sonada polémica estremece el panorama político y mediático de Haití, luego de que una comisión especial recomendara la reinstauración del Ejército.La medida, considerada por unos un paso necesario y, por otros, un peligro para la estabilidad del país caribeño, recibió el golpe de gracia el pasado domingo, cuando el presidente Michel Martelly anunció los resultados de la investigación de un grupo especial que estudiaba la factibilidad de la reinstauración desde noviembre pasado.
“La comisión ha recomendado la creación de un nuevo Ejército que intervendrá en casos de desastres naturales y trabajará para asegurar la integridad territorial”, informó el mandatario durante las celebraciones por el Día de la Independencia, con lo que destapó la caja de Pandora.
Medios de prensa y senadores apoyaron o condenaron indistintamente la medida, sin que haya aún un claro consenso sobre su impacto para la situación actual del país. Varios sectores de la oposición condenaron la idea por considerar que resultaría una amenaza para la paz y reabriría las puertas a los golpes de Estado, mientras otros opinaron que serviría como paso para la salida de las tropas de la ONU de esta nación.
Las Fuerzas Armadas haitianas estuvieron formadas por unos ocho mil hombres y fueron disueltas hace 17 años por el exmandatario Jean Bertrand Aristide, por ser las artífices de numerosas intentonas militares. Actualmente los trabajos de seguridad están a cargo de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), acusada por varios sectores de violaciones sexuales y de difundir la epidemia de cólera.
Para Martelly, el objetivo de volver a concebir una armada es “reconciliarla con la gente, adaptarla a las necesidades reales y orientarla al desarrollo nacional, desprovista de todas las atribuciones y funciones represivas”.
Un ejército con una historia nada ejemplar
La historia del ejército de Haití, especialmente durante la dictadura de los Duvalier, es una de crímenes y de atrocidades de todo tipo que contribuyeron a la perpetuación del régimen dictatorial y a la creación – junto a los grupos paramilitares de los Tonton Macoutes de un sistema de terror que, gracias también al apoyo internacional, permaneció en el poder varias décadas.
